Consejos
Desde hace mucho soy miembro de varios grupos que recomiendan lecturas. Primero, por sugerencia de mi muy querido profesor Edmundo Flores me inscribí al «Book of the Month club». Este era un boletín de novedades bibliográficas que tenía una peculiaridad: para ser parte del mismo y recibir tu boletín, debías comprarles al menos un libro cada año. Pero también tenía ediciones propias a precios muy buenos, particularmente en aquellas ediciones conmemorativas (pude hacerme de una colección de facsímiles de las novelas de Sir Arthur Conan Doyle, doce tomos, por doce dólares más envío). Por si fuera poco, en cada ejemplar incluía reseñas de los libros que recomendaba, por lo que podías leer sólo el boletín y tener muy claro el panorama editorial: qué había de nuevo, fuera ficción o referencia, escrito por quien y qué quería decir. Nada mal por sólo comprar un libro al año (y, por supuesto, muchas veces era más de uno).
La lata, por supuesto, era mandar tu pedido por correo ordinario, junto con una orden de pago bancaria o con tu voucher de tarjeta lleno y firmado, y esperar de ocho a dieciséis semanas para recibir tu pedido.
Pero luego llegó Amazon.com y el panorama cambió: eran «los demasiados libros»: podías pedir y recibir en cosa de cuatro a seis semanas, novedades editoriales tan o más rápido y barato que en el Book of the Month. Y de repente, olvidé comprar un año y me «desuscribieron» del club. No importa: en Amazon compraba un libro al mes, por lo menos; típicamente en paquetes de cuatro en adelante, para disminuir el costo de envío. Hasta que llegó septiembre de 2011, y en lugar de mandarlos desde EE.UU. con arancel 0% por el TLC, empezaron a llegar de Alemania, con un flete casi dos veces más alto y con impuestos a la importación que casi igualaban el precio pagado (y un paquete que jamás me llegó, entre ellos). Así que dejé de comprar libros en Amazon y simplemente visitaba El Sótano o Gandhi al menos una vez a la quincena.
Apareció después el «precio único» del libro, lo que encareció las novedades editoriales e hizo que gastara bastante menos en libros. No tenía caso gastar casi 300 pesos por toda novedad editorial. Y dejé de leer por un buen rato.
Entonces descubrí que Amazon tenía su versión de Kindle para iPad y escritorio. Y volví a comprarles libros, ahora en formato de e-books, sabiendo que me costaban entre 5 y 10 dólares y los recibía en un minuto, en lugar de cuatro semanas. Además, ya en mi pequeña casa de casado en que el lugar es escaso, un e-book cabe sin mayor problema. Y luego vino mi Kindle e-reader y mi etapa de lector voraz se aceleró.
Entre otras cosas, porque descubrí que tienen una selección de los 100 mejores títulos gratuitos, y si bien dominan ese catálogo libros clásicos o antiguos -sin copyright- o trabajos de cierto autor que se registró cuando podían ofrecerce libros con precio cero, te puedes encontrar cuatro o cinco libros que valen la pena, más que suficiente para leer uno al mes sin mucho gasto. Se los recomiendo.
Por supuesto, desde hace casi 10 años recibo un par de veces al mes las recomendaciones de Amazon. Y este fin de semana recibí un correo de ellos titulado «De hormigas a tiburones». Pensé que era un error, o algún tipo de reporte sobre el e-book que tengo con ellos del mismo título. Pero cuál fe mi sorpresa: eran sus recomendaciones del mes en la categoría «negocios y finanzas». Y si, mi libro estaba a la cabeza de sus recomendaciones del mes:
Amazon recomienda… ¡Mi libro!
Debo confesar que me dio mucho gusto, tras haber sido miembro del Book of the Month Club y luego asiduo lector de Amazon.com, encontrar que me recomiendan como autor. Fue una gran satisfacción y no, no basta para dormirme en mis laureles… pero estén seguros de que quiero muchos más libros con una recomendación así. Por lo pronto, sigo avanzando en las novedades editoriales que les comenté que prepararíamos. Espero tenerles noticias pronto. Saludos y gracias por leer.
Imagen de hoy
DetroitDerek Photography via Compfight y Boletín de Amazon tomada de mi correo
