Empieza el año 2021, y con él las ilusiones y las metas de lograr, ahora sí, lo que no se ha hecho antes. En buena medida 2020 fue un año, sí bien no perdido, si bastante complicado por la cuestión de la pandemia global de COVID-19. Este bicho que a todos nos hizo cambiar de planes, suspender actividades, ponernos en pausa…
También 2020 nos enseñó que los límites están en nuestras mentes. Que había muchas cosas que podíamos hacer de otra manera, Por ejemplo, trabajar a distancia o teletrabajar; mantener cierto nivel de ejercicio (aunque tal vez no al ritmo que nos hubiera gustado). En mi caso, perder peso y avanzar en ciertas tareas. Y poder lograr metas y objetivos trabajando la distancia con distintos equipos. Creo que eso fue lo más positivo del año que termina: que nos permitió aprender que había distintas maneras de hacer las cosas.
A final de cuentas, el año que se fué nos sacó a todos -literalmente, a todos- de la zona de confort y nos hizo volver a pensar en qué hacemos y por qué lo hacemos así. Esa reflexión sin duda ayuda a hacer un mundo distinto y nuestras tareas diferentes.
2021. El año nuevo.
Tal vez por eso este 2021, con la promesa de la vacuna y sus posibilidades de cambio y mejora, nos hacen pensar que hay una alternativa distinta. Algo mejor. Algo que podemos hacer de una forma diferente y que ahora sí, con un mercado global listo para comprar a la distancia, tendremos éxito en más proyectos.
Ahora hay que hacer las cosas diferentes. Por ejemplo, desde marzo no pude dar talleres presenciales de Escribe Hoy. Intenté dar un curso en línea con presencia de algunos alumnos y con las dificultades propias de que la distancia. Los temas que tocaba el proyecto no eran fácil para todos. Si bien el curso fue gratuito y con más de 30 inscritos, más de la mitad de los participantes ni siquiera llegaron a una sola sesión presencial. Eso sí, muchos de ellos mandaban su retroalimentación en línea y decían que «les daba pena hablar con otras personas» o que «preferían aprender a la distancia en silencio».
Así pues, tener que redefinir el qué y el cómo se trabaja en una forma distinta de hacer las cosas, es algo a lo que este año que inicia nos está haciendo reflexionar. Por ejemplo, enero de 2021 será el año para publicar mi primer libro en inglés, relanzar algunos cuyos diseños nuevos no han funcionado, y corregir lo que a Amazon no le gusta.
Las cabañuelas, hasta ahora.
A final de cuentas, si ese mito de que «las cabañuelas», es decir los primeros doce días del año explican cómo serán los 12 meses siguientes, hay cosas interesantes. Si las cabañuelas son ciertas, marcan que tendré un enero y febrero volcado en trabajar salud y bienestar propio, y que a partir de marzo el crecimiento económico y las metas a lograr serán crecientes. Ya les diré cómo cierran los demás días, pero todo parece indicar que los planes ahora sí se cumplirán al pie de la letra.
No tanto porque sea un año nuevo, sino porque mis actitudes han cambiado. Y más después de
esa falsa amenaza de COVID: las precauciones adicionales me hicieron encerrarme unos días; dejar de ver a los hijos, limitar los tiempos con mis papás y pasar más tiempo meditando y en reflexión. En fin, tomar distancia de las tareas que incluso con la pandemia, había mantenido constantes. Así que veremos qué pasa, pero yo estoy muy positivo hacia el futuro, hacia lo que viene y lo que vamos a construir en el año que inicia.
Por lo pronto, les avisaré de mi primer libro en inglés este mismo mes. Y, mientras tanto, les deseo a todos muchos éxitos. En especial a Laura, que me está ayudando a ofrecerles la opción de escuchar en vez de leer este texto. Y eso también ha gustado. Son de esas cosas que espero poder mantener todo el 2021, así como los nuevos hábitos que voy desarrollando.
Y a Ustedes, ¿Cómo les pintan «las cabañuelas»? Dejen un texto como comentario en ésta entrada, o en nuestras redes sociales. Nos interesa saber cómo les pinta el 2021.
Imagen de hoy: 2021 por Olya Kobruseva en Pexels.com