CALEXIT, primer adelanto…
-“Tengo mucho frío”. En lo alto de un cielo azul con hermosas nubes blancas brillaba el sol de verano. El día era caluroso, acaso más de lo normal. El silencio que abarcaba la plaza no era el habitual. Patricia Moore no dejaba de temblar.
-“Tengo frío. Por favor, que alguien me ayude”.
Observó sus manos: sangraban. Las cortadas en las palmas goteaban ligeramente. Eran muchas heridas. Con el dorso de su mano izquierda, se tocó la mejilla: también sangraba.
Recostada como estaba en la hierba, tuvo que concentrarse para sentir su cuerpo. Las piernas no reaccionaban a sus movimientos. Trató de verlas, pero no podía estirar lo suficiente su cuello. La espalda dolía. El temblor del frío empezaba a convulsionar su cuerpo.
-“Por favor, que alguien me ayude”. Sentía cómo el frío avanzaba por su cuerpo. Se estaba desangrando. La vida goteaba de sus palmas despacio pero constantemente.
Patricia piensa
Pensó en sus hijos. Todo lo que había hecho en los últimos meses era por ellos. Como toda madre, quería ayudar a hacerles un mejor futuro. Se esforzó lo más que pudo, hizo lo que se esperaba de ella y hasta más. Pasó de ser una mujer sencilla de un suburbio menor en un condado poco importante, a ser una de las figuras más reconocidas del Movimiento. Y ahora, si todo seguía así, dejaría un par de huérfanos solos. Y probablemente perseguidos. Sin duda, quienes le habían hecho tanto daño no se detendrían allí: buscarían a sus hijos.
Trató de hablar. De gritar pidiendo ayuda. Con miedo notó que su voz no salía de su garganta. El frío aumentaba velozmente. Su desesperación crecía más rápido aún.
Como pudo, volteó su cabeza a la izquierda. Allí, tendida junto a ella, con los ojos color miel tremendamente abiertos y la rizada y abundante cabellera castaña, Julianne Davies. A lo largo del Movimiento fueron compañeras. Crecieron juntas en este año más de lo que hubieran pensado. Para algunas, era la segunda de Patricia. Para otros, era la verdadera líder. El cerebro del movimiento. Sí, Patricia Moore era la más conocida de todos ellos. Pero Julianne aportó las ideas, estrategias y logros más importantes. Y estaba allí, muerta, al lado de su amiga. Sus ojos no dejaba de transmitir esperanza. Incluso así, sin vida, tendría la fuerza para inspirar a otros.
La historia sigue
Patricia cerró los ojos y trató de despertar. Aquello debía ser un mal sueño. No podía ser verdad. Julianne y ella… así, en la plaza. Tan mal heridas. Sufriendo una lenta agonía. “Ella ya no sufre”, pensó. “Ella ya no sufre” se repitió al tiempo que empezó a deslizar lágrimas desde sus ojos. Se mezclaban con la sangre que había en su rostro.
Trató de incorporarse. No pudo. Otro intento. Recordó que en sus años de universitaria no faltaba un día al gimnasio. Una serie de cien abdominales era lo menos que hacía como parte de su rutina. Hoy, allí, hacer media flexión le parecía imposible.
(….)
Cerró los ojos e intentó hacer una oración. La sorpresa y el dolor no la dejaron concentrarse. Una sombra se acercó a su derecha. Patricia volteó completamente a la derecha. Allí, casi junto a su rostro, estaban unas botas militares. Temió que la fueran a golpear. Cerro los ojos. Aguardaba por lo peor. Anticipó un tiro de gracia. Esperó. Nada malo pasó.
Patricia giró un poco la cabeza y abrió los ojos. Su visión, ya borrosa por la falta de sangre, le permitió distinguir vagamente al hombre que estaba parado junto a ella.
-“Esto no debió pasar. Así no. Me gustaría que me perdone, pero entiendo si no lo hace”. Ella esbozó una pequeña sonrisa. Después de todo, si él decía eso, allí, de esa forma, esa derrota no sería el final. La voz del general Strafford pidiendo perdón es lo último que Patricia Moore escuchó antes de morir.
Participa en la campaña de CALEXIT
Les recuerdo que estamos en la fase de fondeo del proyecto «CALEXIT, La historia que viene» en Kickstarter México (antes Fondeadora). Ya rebasamos el primer 10% en donativos y estamos empezando a tener tracción en el proyecto. Esta semana debemos rebasar el 20% y está en sus manos apoyarla. Si no lo logramos, la continuidad del proyecto se pone en riesgo.
¿Y que pueden ganar si apoyan la Novela? Bueno, depende del monto del donativo que puede ir desde $25 hasta $19,600. No se espanten: el último escalón está considerado para donantes institucionales, que reciben entre otras cosas 30 ejemplares del libro y una conferencia de dos horas con el autor. Formalmente, es como si compraran la conferencia con descuento y se llevan 30 libros para regalar o vender.
Mi recomendación
Si se asoman a la campaña en Kickstarter México verán que un gran nivel es del $300: se llevan agradecimiento en la página WEB, agradecimiento en el texto, un ejemplar en e-book y un ejemplar impreso, autografiado. Nada mal.
Otro que me gusta mucho es el de $1,200: entre otras recompensas, incluye un ejemplar del libro en pasta dura, tres en pasta blanda y dos boletos para un evento con el autor para la entrega de sus ejemplares. ¡Pero pueden donar desde $25 pesos y pueden optar por el anonimato!
Mucho ojo: aunque la campaña dure hasta mediados de abril, hay recompensas que se irán en una semana máximo. Y otras son limitadas en número. Aparten su lugar antes de que sea demasiado tarde.
UPDATE Mayo
Lo lamento. No llegamos a la meta programada y nos quedamos sin fondeo. Eso ha implicado retrasar un poco el proyecto. Pero no se ha detenido. Y aún pueden ser parte del mismo: Apóyenme en Patreon. Pueden recibir su nombre en las novelas y distintos beneficios, en función del monto y duración de su donativo. O si prefieren hacerlo mediante un pago de una sola vez, pueden hacerlo desde 100 pesos vía PayPal o si lo prefieren en un monto libre. Todo lo agradeceremos de la mejor manera posible.
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