Existen momentos en la vida en que tienes que cambiar. Pero la enorme paradoja es que no cambias hacia lo desconocido, sino de vuelta a lo que ya conoces. Es decir, no a una novedad total, sino a una variación de lo que ya has pasado.
Eso no es necesariamente malo; simplemente, sucede y puede tener algunas ventajas. Cierto, la sensación de novedad y emoción no es igual que cuándo tratas algo totalmente nuevo. Pero es mejor que quedarte haciendo lo mismo -en particular, si no logras objetivos-.
Por supuesto, no es un dilema nuevo. Alguna vez lo planteamos en que la duda era si hacer esos ajustes rápida o lentamente. Y la conclusión fue…
Cambiar es posible
Si, siempre es posible adaptarse a nuevas circunstancias. Aunque a veces recuerden cosas o situaciones que ya has pasado, no necesariamente para bien. Otras veces, caminar una ruta conocida puede ser positivo.
Aunque como bien dice uno de los famosos Koan -acertijos de los monjes budistas- «nunca puedes cruzar el mismo río dos veces, porque ni tu ni el río son el mismo cada vez». Pues sí, algo así.
Las cosas pueden parecer similares, pero son diferentes. Cambian y varían. No son siempre iguales, aunque parezcan. Y claro que puedes aprovechar las cosas que son similares, pero siempre serán distintas y nuevas.
No, no se trata de un misterio o de un tema irresoluble. Es una de esas circunstancias en que la vida se encarga de hacer las cosas distintas a lo que esperabas. Y, a pesar de eso, son positivas.
Sí, tal vez no pueda seguir todo el ritmo de publicaciones de lunes-miércoles y viernes en las mañanas… pero seguiremos publicando en Dichos y Bichos regularmente. Aunque algunos se quejen de que a ratos sienten más estar leyendo un diario personal que algo importante.
Y, sin duda, eso puede parecer. Es un camino que ya hemos recorrido juntos Manténganse cerca porque nos acercamos a los rápidos… otra vez.
Imagen de hoy eldelinux