Cambios: los sueñas, pasan…
Hay momentos en la vida que estás seguro que van a ocurrir. No sabes si tardarán mucho o serán pronto; si durarán instantes u ocurrirán dentro de décadas. Pero son cambios que, tal como los sueñas, pasan.
El problema que muchos tenemos es que no estamos en el «ahora», sino en rememorar el pasado o, peor aún, en soñar esos momentos especiales. Y la vida transcurre en medio, entre la añoranza de un pasado que ya se fue y la expectativa por un futuro que aún no llega.
Eso sí: el tiempo no deja de correr. Fluye constantemente y con el ocurren cambios, algunos no planeados. Otros largamente esperados. La clave es saber adaptarse, disfrutar las sorpresas y tener en cuenta una pieza muy importante.
Es necesario saber cómo cuidar ese balance y cómo llevarlo adelante. Nunca es del todo fácil, pero no es imposible. Y menos si se aplica la técnica gradual, poco a poco, con pequeñas tareas repetitivas que, al hacerse hábito y acumularse el tiempo, permitan ir haciendo realidad las cosas.
Cambios: los sueñas…
Hay tareas que planeas exactamente. Como la que en su momento les comenté en el Manifiesto de Don Quijote. Me faltó para lograrlo… pero avanzamos. Ya ahondaré en ello en la entrada del próximo miércoles, en que precisamente cumple años ese manifiesto.
Lo cierto, lo que quería comentarles hoy, es que estos días una espera de casi una década llegó a su fin. Y con ella, llegaron cambios importantes. Algunos sucedieron como los había soñado. Tal cual. Otros pasaron de manera diferente, más tersa. Ciertas circunstancias fueron muy diferentes a lo esperado. Otras acontecieron tal como las había soñado.
Pero esta entrada de la primavera ha llegado con todo… lo que esperaba, lo que no; lo que había soñado, como lo había soñado. Y muchas otras cosas más. Sí, ando medio desconectado en redes. Pero ya sabrán a qué se debe. Por lo pronto, hay que adaptarse porque ocurren cambios que pasan… y los disfrutas.
Imagen de hoy paloma.cl
