Me hicieron reir y reflexionar dos cartas cadena que aterrizaron en mi buzón.
Una dice contener las cuatro leyes de la espiritualidad de la India.
«La persona que llega es la persona correcta»;
«Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido»;
«En cualquier momento que comience es el momento correcto»;
«Cuando algo termina, termina».
Parece que al seguir estos cuatro consejos se logra un nivel de aceptación y de fatalismo tal que nada te molesta. Es una buena vía para la iluminación.
De acuerdo a ello, conoces a alguien porque tenías que conocerlo. Pasaste un dolor porque tenías que pasarlo. No sufrirás de aprehensión o sufrimiento, porque todo llega en el lugar adecuado, y tampoco padecerás el apego, que según la tradición budista es la base de todo dolor y sufrimiento. Suena bastante correcto, supongo que es difícil de vivirse. Por otra parte, dice que haciendo eso, amando, y dejándote llevar serás feliz y vivirás en total paz. Por supuesto, la condición además de adoptar la filosofía es remitir 20 copias en cinco minutos a tus contactos. Si no lo haces, en lugar de paz tendrás dolor y sufrimiento.
Antes de decidirme a reenviar la presentación adjunta a la carta, abrí otra. Esta era mucho más efectiva. Decía, palabras más o menos: «A todos los amigos que me mandaron cartas cadena para atraer el amor, la felicidad y el dinero durante 2010, les informo que NO FUNCIONARON. Así que desde este año en lugar de cartas cadena sólo aceptaré efectivo o vales de despensa. No me envíen nada más para atraer fortuna y dinero, porque no lo recibiré. Gracias».
Dicho lo cual, borré ambos correos y escribí este post. Porque, al final, ambos tienen su parte de sabiduría… Pero hay que saber cuándo estamos listos para recibirla.