Y si, este domingo es el último día de las vacaciones de verano, y poco más de 24 millones de estudiantes volverán mañana a la escuela, lo que incluye que en la casa empezarán de nuevo las desmañanadas, corretizas, apuros y alivios de llegar a tiempo -o las molestas esperas en caso de retrasos-.
Sin embargo, estas vacaciones no fueron la típica «vacación de playa» o de salidas o de descanso. Pasaron una serie de cambios importantes en mi vida, que hicieron que no fuera posible «vacacionar» como siempre.
Tal vez la más importante es que, después de cinco años, cambié de casa. Y ya sabrán: desmontar toda la casa y volver a montarla en otro lado -incluyendo las citas para ver opciones, las vueltas y vueltas para concretar la operación, los ajustes desde a los nuevos ruidos, nuevos vecinos, nuevo entorno; descubrir que la mejor y más barata planchaduría está a dos cuadras de la casa vieja o que el supermercado más cercano está igual de lejos… pero en las cuatro direcciones posibles.
Es una tarea que consumió totalmente mis días fuera de la oficina, y que paradójicamente tuvo que completarse de madrugada -así pasa-. Entonces, eso de entrar a las 3 a.m. a una nueva casa no es la mejor bienvenida para con los vecinos…
Luego, leí «Cerebro de pan», y como les he insistido (relean Primeros Resultados) eso desencadenó un cambio lo mismo en dietas que en otro tipo de hábitos. Yo les confieso que, tras un mes «desintoxicandome», ahora un pan me deja con problemas digestivos por dos días, y tomarme un refresco me desbalancea el azúcar. En el lado positivo, casi 10 kilos menos en poco más de seis semanas fue de lo mejor que me dejaron estas vacaciones.
Creo que para mis hijos, el hecho de por fin tener una habitación individual, y que papá pueda tener un estudio y todos haciendo lo nuestro en nuestro propio espacio, es un beneficio adicional y muy bienvenido.
Por otra parte, fue un verano literariamente muy creativo: terminamos y publicamos «Lo mejor de Dichos y Bichos Volumen 2» y terminé la traducción del libro «Domina tu tiempo en diez minutos al día«, primera colaboración con Michal Stawicki que estará disponible empezando septiembre (les recomiendo revisar gjsuap.com/libros/ con frecuencia: vienen más novedades editoriales este año).
Paradójicamente, este verano me tocó más viajar de trabajo que de placer: Mexicali, Monterrey, Morelia. Puras ciudades con «M» y con resultados «a toda M». Por lo mejos…
Total, que estas vacaciones nos han dejado cosas muy buenas y positivas… y ninguna fue un viaje de descanso a una paradisiaca playa. Pero así pasa: nadie dijo que debía ser así. Y si, la pasamos muy bien. Y si, cuándo termine de instalar la nueva casa -aún trabajo en una bodega que, algún día este mes, dejará de serlo para volverse un estudio- haremos un «open house» para los amigos, para que vean que no salir y no visitar a casi nadie este verano tuvo un buen motivo y valió el esfuerzo.
Pues a partir de mañana, a volver a las carreras escolares. Gracias por acompañarnos también este verano, aquí en Dichos y Bichos.
Imagen de hoy por David Kracht via Compfight