En la vida hay momentos para todo: momentos para estar activo, momentos de relajamiento; etapas de crecimiento, etapas de estancamiento; días para estar activos, días para estar pasivos. Momentos en que hay crecimientos y cambios, momentos para podarnos y esperar. Periodos para planear y otros para ejecutar.
Así como las estaciones son cuatro y tienen sus características muy definidas -una de florecimiento, una de crecimiento, una de cultivo y otra de descanso o espera-, así la vida también tiene sus respectivos momentos. Y a lo largo de casi 12 años en este blog Dichos y Bichos, hemos tenido periodos de publicar diario durante 30 días (¿Se acuerdan del Reto Blog?) y etapas, como la ocurrida entre febrero y estos tiempos, en que queda casi abandonado. Digamos que la entrada más reciente fue el 26 de febrero, y antes de esa, una a mediados de enero.
Esto ocurrió en parte a que me involucré en un par de proyectos autorales para clientes más dos antologías. Una de ellas, «Experiencias del año cero. El lado B de la pandemia», coordinada por Mónica Martínez, ya está publicada y pueden encontrarla en Amazon, las librerías El Péndulo y en la página de la editorial El Viaje y el Camino. Tiene hasta un podcast en Spotify con un extracto de cada capítulo… y eso tomó mucho más tiempo del esperado.
Crecimientos y cambios
También sucede que me di un tiempo, desde finales de enero y por tres meses, para intentar un cambio de vida muy profundo. La verdad es que salió bastante bien, incluído en ese lapso mi cumpleaños número 50. Decía al arranque de la entrada que hay momentos de crecimientos y cambios, y sin duda, esta ha sido una de las metamorfosis más importantes que he podido pasar en mi vida. Estoy agradecido con que haya ocurrido; por supuesto que espero que se consolide de muchas maneras. Probablemente no pasará igual que durante esta etapa, pero sin duda, me ha dejado experiencias y lecciones que no debo de olvidar jamás. Si practico lo aprendido, mi vida será mucho mejor.
Por supuesto que una de las lecciones más importantes del periodo fue aprender a dejar fluir, tratar de controlar menos lo que va a pasar -y que puede no suceder- y practicar lo que en algún momento les comenté en la entrada las nobles verdades del Buda: desapego, abandono y desidentificación… o, puestas en mexicano, «me vale madres», «a la chingada» y «no es mi pedo». Tengo que recordar practicarlas con más frecuencia e intensidad… para hacer que esas lecciones de esta etapa las pueda aplicar mejor y me ayuden a crecer.
Hablemos desde el radio.
Entre otras cosas, en este tiempo logré un espacio todos los jueves cerca de las 8:00 a.m. en Kiuu F.M., la estación de radio hablada más importante de la región de La Laguna. Allí, con Marcela Pámanes y Manuel Serrato comentamos sobre el Poder Legislativo, su desempeño y sus pendientes. Pueden escucharlo en todo el mundo a través de su reproductor en línea. Me ha encantado estar con ellos al aire y la maravillosa respuesta del público.
A partir de los comentarios al aire han surgido dos ideas por desarrollar: hacer un podcast de manera regular y compilar buena parte de lo mencionado al aire en un libro o manual, con la intención de que los ciudadanos podamos influir en el trabajo de nuestros legisladores en la segunda mitad de este sexenio… al menos.
También ocurrió que el CUDES de Colombia tuvo un ciclo de su círculo de lectura dedicado a mi novela Clara Sandra solía soñar, que me llenó de emociones, recuerdos, alegría y de la energía suficiente para saber que ese proyecto está listo para empezar a dar frutos… tan pronto como me decida a hacerlo crecer. Habrá que editarlo un poco y presentar el audiolibro.
Las siguientes acciones
El haber pasado esta etapa no se acaba allí, definitivamente no: de un lado, tuve que aprender a vencer ciertos miedos -como la altura y el vértigo que genera-; del otro, a dejar de tener miedo al éxito. El compromiso de tratar de ser distinto, mejor. A ser más generoso con mi tiempo y mis recursos todos. A poder visualizar metas que quiero lograr y cómo realizarlas, y no esperar que una batiseñal en el cielo llame al héroe que resolverá todo si no lo hago yo primero.
Lecciones como éstas no se completan rápidamente, e incluyen una buena dosis de fracasos y fiascos intermedios. A veces tienes que trabajar mucho en planes que no se realizan, al menos no como esperabas o en el tiempo en que esperabas; pero a final de cuentas, tarde o temprano ocurren. Tienes que buscar en kioscos y torres y llenarte de paciencia… Algunos planes no pasarán. Otros, se tendrán que modificar un poco o cambiar de entorno para ocurrir.
Algunos requieren enfrentamientos directos y rudos con pendientes atrasados. Vencer hábitos y costumbres. Implican cambiar, ceder, conceder; vencer todos los obstáculos y desprenderse hasta de ciertas trabas familiares o costumbres inadecuadas. Porque, a veces, es necesario dejar de vivir en el lado cómodo de la vida -aunque no sea el ideal- y aventurarse a lograr metas grandes… aunque caigas en el intento.
Siguientes crecimientos y cambios
Por lo pronto, entre los cambios que vienen… uno menor pero fundamental. Por primera vez en más de diez años, cambiaré la imagen en todas mis redes sociales. La foto que ven en esta entrada (o una parecida), que es la misma que utilicé en «Experiencias del año cero. El lado B de la pandemia» para identificarme como autor, será la que a partir de junio se incorporará en todas mis redes sociales. Viene también el podcast y… tras reencontrarme con mi editora -de quien la pandemia me alejó por más de un año- lanzaré también al menos tres novelas este año. Son novelas que ya están listas o casi listas, pero que no me atrevía a compartir con el público aún, porque no habían sido editadas.
Eso sin descontar un par de proyectos más que están en el tintero y que requerirán esperarse algunos meses tanto en el desarrollo como en la publicación, y que llegado el momento, les haré saber. Aún no es prudente hablarlos. En fin, que estos tres meses de búsqueda profunda en mi interior han dado frutos. Esperemos a ver qué tan buenos son y si ocurren tal como los planeamos. Si llegan a un buen puerto seguro… tal como lo espero y deseo.
Debo terminar este mes con algunos proyectos de clientes. Esperar a ver las nuevas realidades que nos traerán las elecciones. Apurar a cerrar ciertos proyectos y planes para poder tener tiempo y recursos para avanzar otros. Estoy muy agradecido con la Vida y especialmente con quienes se entregaron totalmente en este proceso para ayudarme a crecer, mejorar, podarme, pulirme y cambiar. El reto no será fácil, pero confío en que inicia ahora una nueva etapa en mi vida. Por cierto, en la próxima entrada les contaré más sobre algunas reflexiones de esta etapa. ¿Me acompañan al despegue?
Imagen de hoy: Autorretrato de Gjsuap.
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Qué hermosa entrada de blog. La reflexión que haces al inicio se parece tanto a una que le escuché ayer a un antiguo profesor mío: «a cada momento hay que darle la actitud correcta». Al momento de trabajar, actitud de trabajar; al descansar, actitud de descansar. Y claro, para los escritores: al escribir, actitud de escribir.
Muchas felicidades por tus logros y mucho éxito en los venideros.
Muchas gracias por leer y compartir, y gracias por tus conceptos… Hora de escribir.
¡A escribir se ha dicho!