Madrugadas de reflexión en Twitter: son intensas.

Madrugadas de reflexión en Twitter...
Madrugadas de reflexión en Twitter…

El pasado 15 de mayo fue una de esas madrugadas de reflexión en Twitter. La historia es sencilla: el 14 me traté de ir a acostar temprano. Me tocaba probar un nuevo medicamento naturista para incitar al sueño. Básicamente, melatonina. Así que al filo de las 10 de la noche, atípicamente, estaba bien dormido. Al menos, parecía funcionar bien. Estaba tranquilo y acostado tempranito. Qué raro.

Pero… al filo de la una de la mañana y unos cuantos minutos, me desperté como si algo me hubiera movido. Nada raro: es la hora a la que habitualmente suelo dormirme. Así que no es extraño que el cuerpo se encontrara fuera de su rutina, y brincara. Busqué un video en YouTube para relajarme y dormir un poco.

Y allí pasó la magia… Esa de las que les anticipé las conclusiones en la entrada Crecimientos y cambios; ahora a radicalizar las metas. En ella les hablé de algunos proyectos que están en el tintero, y que más pronto que tarde se harán realidad. Ahorita, a cerrar un par de proyectos que están pendientes y esperar el resultado de las elecciones, para saber qué otras opciones se abren o se cierran. Además, claro, de poder ampliar el despacho y crecer con un par de personas y proyectos que tengo en la mente. Definitivamente no es fácil, pero vale la pena y hay que esforzarse.

Lo que leerán a continuación es el hilo original publicado entre la 1:35 a.m. y las 2:06 del 15 de mayo. Cada párrafo corresponde a un tuit. Una de esas madrugadas de reflexión intensa en mi cuenta de Twitter, @Gjsuap.

Madrugadas de reflexión

… de esas noches en que descubres que desde hace 20 años tienes la respuesta y el problema está en que no aplicas la teoría que sabes… O que lo haces de manera inconstante e incongruente. Un pedazo aquí, otro pedazo allá…

… un ratito si, un ratito no… Y cuándo de casualidad lo aplicas todo, bien y al mismo tiempo (y funciona), lo dejas de hacer porque «¿Ya para qué?». Y entonces regresas al patrón inconstante e inconexo. Vaya, que el error no está en la teoría, sino en la práctica.

Y de repente descubres que tienes todo allí, que sabes dónde va, que el problema está en la práctica. Que lo has dicho tantas veces, lo inicias tantas veces, lo has recomendado tantas veces, lo haces tantas veces… Hasta que te queda claro que el problema es la constancia.

En fin. Que despertar de golpe y reencontrar las cosas, planteadas de nuevo y de forma ligeramente distinta. Te repiten una y otra y otra vez lo mismo, y parece que sigues sin entender. Es tan obvio y claro. Y es uno de los motivos por los que soy escritor. Aunque lo olvide.

Un escritor es un creador de mundos, un transformador de la realidad, un impulso de emociones. Maestro, escritor, creador. Enseñar, dejar constancia, hacer algo distinto. «El acto más revolucionario en estos tiempos es educar». Y educar fuera del sistema educativo. Eso…

Porque no se puede vivir de repetir lo mismo del Canon, esperando resultados distintos, y buscar la conformidad de los colegas. Añadir dos notas de pie de página tras dos años de trabajo y que se vuelva intrascendente. Si, eso aporta al conocimiento científico tradicional.

Nuevos Paradigmas

Pero no basta. Los Nuevos Paradigmas tienen que romper con lo comúnmente aceptado. Nunca es fácil. Pero es la esencia de las revoluciones científicas según Kuhn. Por algo mi despacho se llama así, Nuevos Paradigmas o NUPAR (para abreviar).

Pero hay otra forma de recordarlo… Marcos 1, 27; Mateo 7:29; «porque enseña como quien tiene autoridad y no como los escribas». No abroga la ley, no desconoce la tradición; pero la reinterpreta y la hace vida de una manera diferente. Y no sólo citando al pasado. Creando.

En fin. Ya lo dice Clara Sandra (https://clarasandra.com) «El momento para que la verdad amplia sea conocida ha llegado. … La promesa divina cumplida en ustedes, hijita, es que de nuevo los hombres serán libres, pues soñarán».

Esta noche descubrí que ya tengo todas las piezas del rompecabezas. Es cosa de ponerlas en su lugar, de conectar las cuatro esquinas, de hallar los bordes y los puntos conocidos del dibujo… y luego llenar los bordes. Esperar un momento, un trozo más, al cachito faltante…

… pero hacerlo con la certeza de que ya está listo, de que es cosa de tiempo y constancia. De que hay que empezar ya. Que podrá tomar algo de tiempo, mucho esfuerzo… pero que ya está hecho y estoy agradecido por ello. Es la hora. Adelante. Cambien el acento. Ya es ese hoy.

Son intensas

Pues hasta allí se queda el hilo. Durante esa madrugada llegaron varias respuestas: amigos que estaban despiertos y comentaron en vivo. Otros que me mandaron mensajes directos para comentar al respecto, o recordarme de algunos proyectos juntos que habíamos planteado. ¿Lo más curioso? Que ni siquiera leí mi hilo completo sino hasta la mañana siguiente. Literalmente, tal parece que estaba casi dormido mientras lo escribía…

Lo más notable de las ideas es que fueron intensas. Y más que nada por un motivo: El video que puse para adormilarme me recordó unas lecciones que había tomado allá por el año 2000. Fue hecho con la misma app con la que hago los videos de este blog. El audio en off usa la misma herramienta que suelo utilizar y recomendar. Las sugerencias que hace corresponden idénticamente a dos de las meditaciones que suelo hacer, una en la mañana y otra en la noche. Uno de los hábitos que recomienda solía hacerlo… Total, que ese mensaje me repetía que ya sabía todo lo que me tenía que decir y el medio para decirlo…

Y, sobre todo, me recordaba que los noventa días previos, esos que me hicieron crecer y cambiar, habían empezado magníficos porque usé todas esas herramientas a la vez, para bien… Hasta que dejé de usarlas y el cachito faltante se terminó de perder. Y buena parte de lo logrado se esfumó con una suma de pequeños errores.

Así que esas madrugadas de reflexión me dejaron muy clara una cosa: tengo las herramientas para cumplir mis tareas y lograr mis metas, todas; tengo que usar plenamente la colección de ideas y ejemplos que he ido acumulando en la vida; si lo hago bien, pueden ayudarme a crecer profesional y personalmente… y hasta eso que se ha perdido puede recuperarse o reemplazarse. Se trata, nada más de tener la certeza «que ya está hecho y estoy agradecido por ello. Es la hora. Adelante. Cambien el acento. Ya es ese hoy.»

¿Y lo de «cambiar el acento»? Porque uno de mis momentos favoritos en Clara Sandra es cuándo les revelan una pieza clave sobre el mundo: No se debe decir «amén», es decir, abandonar todo en la providencia divina y esperando que esa voluntad omnímoda lo desee, no; hay que decir «ámen» y hacer del amor una realidad en todo lo que hagan. Es, sin duda, uno de los secretos que están a la vista desde hace casi dos décadas y que, a veces, olvido practicar.

Imagen de hoy: Twitter de @Gjsuap.

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