Ayer me hicieron una pregunta, de esas obvias pero que si no tienes clara la respuesta, ayudan a que todo lo demás se pierda y no tenga sentido. Pero también es de esas preguntas que, si contestas, puede decirte algo que no quieres escuchar o que te da miedo creer. Son de esas preguntas incómodas pero poderosas. De esas preguntas que, tarde o temprano, tienes que hacerte a ti mismo… Y la respuesta puede empoderarte o destruirte.
Además, la persona que me hizo la pregunta tiene un fuerte ascendente moral sobre mi, por lo que no podía dejar de lado su sugerencia. O le hacía caso, o le hacía caso.
Si tu no crees en ti, entonces ¿quién lo hará?
Es de esas frases que te retan y te golpean. Si yo no creo en mi, nadie más lo hará. Y si yo creo en mi… Entonces, ¿por qué actuar con dudas? ¿Por qué dejar las ideas como meras ocurrencias, por miedo al «qué dirán»? Si alguien que no cree en mis ideas y está cerca trata de frenarme, tal vez no deba estar tan cerca. Y si esa persona que me frena soy yo mismo… pues ¡peor la cosa!
Un ejemplo: En tirajes pequeños -de 30 ejemplares- ya casi acabamos con 120 ejemplares de «Clara Sandra solía soñar». No he mandado hacer más, porque a veces dudo que se vendan. Pero… con todo y dudas, ya se colocaron 117 ejemplares -los 3 que nos quedan están disponibles en la tienda Kichink! con un descuento si usan el código «curioso» al pagarlo-. Pero no pienso hacer más hasta noviembre, si acaso. ¿Por qué no hago más? Porque dudo que se vendan. ¿Por qué dudo que se vendan? Porque nadie de los que lo ha leído ha hecho una reseña escrita de la misma. Muchos me dicen maravillas, lo que les gustó, lo sorprendente que está. Nadie lo ha puesto por escrito. De los que me comentan que les gustó, a nadie le he insistido. Se de dos personas que ya hasta la tienen escrita, pero… no quieren ser el primero en compartirlo. Y como nadie cree en público que es buena idea, yo tampoco lo hago. Y así es difícil vender la obra y creer en uno mismo.
Van dos veces que Amazon me dice que ha elegido alguno de mis libros para sus promociones. En octubre ya calificaron dos: tendrán importantes descuentos en las ediciones Kindle tanto De Hormigas a Tiburones como Clara Sandra solía soñar -no sé que día, pero estarán con descuento, promoción y anuncio en sus páginas y correos-. Si Amazon me vuelve un autor exitoso, será maravilloso… Pero como menos de diez personas se han inscrito al taller de «Escribe Hoy«, pues no lo he dado. ¿Si lo doy, llegarán más? No se: el hecho es que, si no lo creo y no lo doy, esos diez serán menos y no llegarán más.
El punto es este: si yo no actúo «como si» tuviera éxito, jamás lo tendré. Pero si actúo «como si» nunca iría a tener éxito, menos lo tendré. Total, entre el «fake it until you make it» (imítalo hasta que lo tengas) y el «You’re a fake» (eres falso) parece que me quedo atrapado. Y si, me termino regresando al punto de partida con el 90% del camino recorrido.
Total, en resumen:
- Quedan 3 ejemplares de «Clara Sandra solía soñar» en Kiching!. ¿Los venderé esta semana? Lo dudo, pero creo que si.
- ¿Se inscribirán 10 personas al taller «Escribe hoy«? Lo dudo, pero creo que si.
- ¿Serán un éxito las promociones en Amazon tanto De Hormigas a Tiburones como Clara Sandra solía soñar en Octubre? Lo dudo, pero creo que si.
- Durante semanas nadie se había suscrito al boletín quincenal. Esta semana llegaron dos suscriptores nuevos. ¿Podré tener cinco más al cierre del mes? Lo dudo, pero creo que si.
- Y si dudo todo… ¿Haré todo lo necesario para que eso ocurra? Lo creo -de crear, no de creer-, así que seguro si. ¿Me ayudan? Confío en que si. Porque si me están leyendo hoy, es porque creen que tengo algo que decir. Y me pueden ayudar a que valga la pena decirlo. Gracias por leer. ¿Me ayudan a cumplir alguna de las metas? Seguro que si. La primera y más fácil forma de ayudar es compartiendo esta entrada:
Imagen de hoy por @gjsuap vía clarasandra.com