Esta es la última entrada en que les hablaré del nuevo proyecto de video columna en el canal de Política NacoNal. Los que ya lo vieron, ya lo vieron; los que ya saben que existe, lo mismo. A los que no les llama la atención, difícilmente lo empezará a hacer ahora. Ha llegado el momento de dejar que las metas tomen vuelo por sí mismas, y si ese proyecto continuará, crecerá o se muere, es algo que ya no depende de Dichos y Bichos.
Sucede que, como es frecuente en casos como estos, la opinión está dividida: algunos amigos han escrito —o mencionado en redes, o hasta me han dicho directamente— que el nuevo proyecto les gusta mucho, que está “muy bien” o me desean éxito. No falta alguien que, sinceramente, pregunta cuándo saldrá el siguiente episodio.
Dejar que las metas vuelen
También hay quienes me dicen que ya me volví monotemático, que las últimas 4 entradas —desde la del 24 de enero— no han dejado de ser “infomerciales” sobre el nuevo proyecto, o anécdotas de por qué no fui periodista. Pero que ya basta. Incluso, hubo quien se desuscribió del blog. Y lo entendemos. Tal vez no es lo que esa persona esperaba. Pero hay quien dice que se leyó todas las entradas de enero de un jalón, y mandó felicitar.
Les pido nada más que recuerden que pocas veces hablo aquí de proyectos que desarrollo en otros lados, pero dado que estamos rompiendo la inercia negativa y que buena parte del tiempo de creatividad en enero se usó para Bismarck tenía razón, pues me parecía importante comentarles. Tengan en mente que este blog es una ventana abierta a lo que hago, a los proyectos que me interesan y no es un portal de noticias o una página de un curso o servicio.
Ha llegado el momento de dejar que las metas vuelen. La de tener una video columna en un canal con mucha audiencia. La de ser constante y publicar allí cada quince días al menos. La de que rebasemos las 1,000 visualizaciones en la video columna y los 10,000 suscriptores del canal, por ejemplo.
Permitir que la constancia madure.
Y es que no es fácil: ese esfuerzo de Política NacoNal lleva casi 15 años. Claro que primero fue un programa de radio, luego un pódcast semanal, mismo que se mudó a YouTube. Pero no todos los seguidores de un programa de radio en vivo, ¡y más los viernes por la noche! Escuchan el programa en vivo para intervenir, y el pódcast para recordar; y no todos los escuchas del programa grabado están conformes en verlo en formato tipo televisión. Entonces, migrar de un público al otro y luego modificar de programas de larga duración —al menos, 1:30 hrs. más música— no es igual que cápsulas pequeñas.
Lo que nos queda es permitir que la constancia madure: que se acostumbren al nuevo formato, que les guste tener una cápsula diaria con distinto conductor; que le hagan clic y la recomienden. Vaya, que la audiencia lo haga suyo, que sea cada vez más y que nos ayude a alcanzar las metas.
Tomar la retroalimentación
Y, tal vez lo más importante, es dejar de lado la idea de que “todo se hace bien a la primera” y tomar la retroalimentación que nos han dado, por ejemplo:
- Mejorar la posición de la cámara. Subirla más.
- Procurar mejor iluminación.
- Si es posible, usar un micrófono levalier o, a al menos, uno mejor.
- Hablar más despacio y con claridad.
- No asumir que el auditorio no tiene ni idea.
- No creer que el auditorio sabe todo de lo que hablas.
- ¿Y si no hablas de la política? Es un tema complicado.
- Da nombres y quejas concretas.
En fin, ya se dan cuenta de que darle gusto a todos no es fácil, así que seguiremos haciendo lo mejor que podamos, con lo que tenemos, tratando de serles útiles, divertirles y compartirles experiencias y conocimientos.
Lo único que les pedimos, es que si les gusta, lo recomienden ampliamente; y si no, que nos manden sus sugerencias y comentarios. Les haremos caso.
Imagen de hoy: Rakicevic Nenad en Pexels.com
