Dejar ir

Dejar ir

Dejar ir

En la exitosa película «Frozen», el tema musical «let it go» -dejar ir- fue un momento memorable. Incluso se ganó el Óscar a mejor tema musical. Y no es para menos: es el momento en el que la protagonista, la Reina Elsa -quien tiene el don de congelarlo todo- decide renunciar a su trono, y volverse una ermitaña que vive en un castillo hecho totalmente de nieve y hielo, y no volver a ver a nadie más en su vida. Dejar ir las expectativas, las esperanzas, lo que los demás querían de ella y de su vida y empezar a lograr, por primera vez, lo que realmente quiere. Decidir por si misma. Sin que nadie le diga qué hacer o que esperar. Y el precio es la libertad. Pero, al final, aunque sea en soledad… aprende a dejar ir.

Por supuesto, al final de la película vuelve a su rol de reina, controla la tristeza y la capacidad de congelar todo y congelando «solo lo necesario» fomenta la diversión y el bienestar de su pueblo. Una buena lección de vida.

Traigo el tema a colación porque la mudanza -de la que hablamos en una entrada anterior– me hizo plantear el mismo dilema: había cosas que me gustaban mucho de la casa en que vivía: el clima. Ciertas comodidades. El silencio. Nuestro servicial portero. La cercanía con escuelas y trabajos… y a todo eso tuvimos que dejarlo ir.

Y también había objetos preciados – o que lo habían sido- que fue necesario abandonar en la casa anterior o bien tirarlos inmediatamente tras desempacar. No es fácil ese desapego forzado, pero es necesario para abrirte nuevas oportunidades. Son el tipo de lecciones que la vida te ofrece aunque no muy voluntariamente.

Y surge entonces la gran pregunta: ¿Qué es lo que en realidad quiero? El cambio ¿se dio voluntariamente o forzado? Es cierto que algunas decisiones se tomaron porque era necesario hacerlas, por ejemplo, por el vencimiento del contrato. Pero la apertura de oportunidades me hace pensar ¿Por qué elegimos lo que elegimos y no otras opciones? ¿Por qué optamos por quedarnos en la misma colonia y no movernos a otra? ¿Por qué escogimos la ubicación actual y no una diferente? ¿ Por qué hay cosas que no nos gustan pero aceptamos, a cambio de resolver el tema rápido y bien? Si, no excelentemente, solo bien…

Tal vez el punto clave es que muchas cosas lasabdejamos ir y ya… Nos adaptamos a lo que había, aceptamos la oferta, nos adaptamos rápidamente y si bien no es lo excelente, si es suficientemente bueno para dejarnos satisfechos y no dedicarle mucho más tiempo y dinero a resolver este tema. Sólo espero que en algunos años, en que nos vuelva a tocar una mudanza, el tema esté adecuadamente planteado y resuelto a tiempo y la lección totalmente aprendida: dejar ir es una recetado que ayuda a la felicidad. O como dice Buda, el desapego alivia el sufrimiento…

Y antes de irnos, hoy les dejo el tema «Let it go» para que se emocionen si no la han visto, la recuerden si ya la vieron y también dejen ir y crezcan todos con ese recuerdo.

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Imagen de hoy por chris.alcoran via Compfight cc video por Walt Disney desde YouTube.

2 comentarios

  1. Justo hoy vi de nuevo la de Frozen y me encantó…
    Esa canción habla del dejar a un lado el "deber ser" y simplemente aceptar lo que somos de verdad, con matices, luces y sombras.
    Gracias por siempre invitarnos a reflexionar.
    Un abrazo!

    • Totalmente de acuerdo contigo… No es fácil, pero es importante lograrlo. Abrazo y gracias por leer -y recomendar-.

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