Escribo este post antes del partido de soccer entre México y Argentina, en lo que es el primer juego de esta parte final de la Copa Mundial de Sudáfrica. La primera parte del torneo es en un estilo de Round-Robin, en el que cada equipo encara a otros tres de su propio grupo, y los dos mejores de cada grupo de cuatro avanzan a la siguiente fase. En esta segunda etapa, hay un árbol de dieciséis ramas (octavos de final) en el que dos equipos se enfrentan entre si, y el ganador avanza a la siguiente fase, a un árbol de ocho (cuartos de final), cuatro (semifinales) y finalmente quedan dos que compiten por la Copa del Mundo (Final). Sé que para muchos esto es obvio, pero también pienso en quienes sólo recuerdan haber escuchado que hay una copa del mundo en Sudáfrica, pero no saben más de ella.
Bueno, esta mañana en la iglesia ví a muchas personas con el uniforme nacional, pidiendo a Dios que Messi (el jugador estrella argentino) no pueda anotar a México. En la última copa, Argentina eliminó a México. Espero que esto cambie pronto (el partido empieza en una hora… Les diré en qué termina).
De repente me sorprende tanto el fenómeno social llamado fútbol, al grado de que incluso un gran pensador como tú le da un espacio. Creo que debo comenzar a moderar mi desprecio por dicho fanatismo. No es que no sepa de fútbol, ni tiene que ver con que no me guste ese deporte, pero verás, soy fanática de la natación y cuando están los Juegos Olímpicos no descuido mi trabajo ni me voy a la cantina de enfrente como hizo todo mundo ese día en mi oficina (que al final lo agradezco porque los pocos que se quedaron tenían las teles muy fuerte, sin mostrar el menor respeto por la única mortal qie estaba trabajando, o sea tu servidora). He de hacer un cauto análisis social, pero mientras tanto, agradezco que México ya no juegue y que la paz haya regresado a mi lugar de trabajo.
abrazos 😉
Al final, el juego terminó 3-1 con un triunfo de Argentina. Aunque el primer gol fue un error del árbitro y debió ser invalidado, fue aceptado. El segundo fue un error del defensa mexicano Osorio. El tercero fue un buen gol argentino. Y la única anotación mexicana fue una buena jugada del «Chicharito» Hernández. Así, la Copa ya terminó para el equipo mexicano (y para Estados Unidos, Inglaterra y Corea del sur).