Todos hemos estado allí: pocos temas son más difíciles que conciliar qué actividades debe hacer la familia en un domingo o cualquier otro día de descanso. Y se entiende: hay muchas necesidades emocionales, monetarias y de intereses que se deben conciliar para dejar satisfechos a todos los miembros del hogar, y añadan que, por si fuera poco, hay cosas que se deben hacer, aunque a nadie le guste, y que no es posible realizar en otros momentos.
Por supuesto que no es algo ni muy grave ni que podamos dejar de lado. Debemos encontrar métodos y formas para hacerlo bien, de manera que no haya conflictos en casa y las pocas molestias o incomodidades puedan resolverse fácil y rápido. Acá les comento algunas estrategias que en casa me han funcionado.
Negociar un domingo.
Hay algunas tareas que deben hacerse y que no hay mucha opción. Por ejemplo, acudir al templo -en mi caso, a misa- al culto dominical. Si, puedes escoger la hora -temprano en la mañana, a medio día, en la tarde o en la noche- y el lugar. Por lo general optamos por misa nocturna cerca de casa. A veces llegar a tiempo se complica, pero ya sabemos que es una tarea importante que no debe moverse.
Otra tarea que suele ser dominical es ir al supermercado. Si bien a veces la semana obliga a visitas cortas al mercado, con el frutero o a una tienda de conveniencia, el domingo es ideal para abastecer la semana. Si, en general optamos por ir a tiendas pequeñas cerca de la casa tres de cuatro veces, e ir a una de las grandes una vez al mes, para llevar lo más caro y voluminoso -típicamente, detergentes o abarrotes-. Los empaques pequeños pueden ser más caros, pero mantienen el producto más fresco y con porciones pequeñas, por lo que el desperdicio es menor. Recomiendo ir muy temprano, antes de que se llenen.
Museos, cines, parques o caminatas. Ni modo, no hay tiempo -ni dinero- para hacer todo lo que se quiere. Así que una propuesta que seguimos en casa es hacer un listado de cosas que cada miembro de la familia le interesa hacer. Y nos vamos rolando: un domingo hacemos lo que mamá propone, otro le toca el turno a la niña, otro al niño y el cuarto domingo al papá. Si más de uno coincide en la actividad, ¡listo! se hace esa aunque no sea el turno. También consideramos las que tienen plazos fatales, como exposiciones o películas que ya van de salida. Otras, más permanentes, pueden esperar su momento.
Hacer un plan, pero no obligarse a él. Entiendo que a muchas personas -como a mi- les cuesta trabajo salirse de un plan preestablecido. Pero a veces conviene que el plan sugiera, no ordene. Que te adaptes y en lugar de 45 minutos en el parque, reloj en mano, juegues hasta que los niños se cansen, por ejemplo. Ya la tiranía del reloj es bastante en la semana como para imponerla los domingos.
Bueno, por ahora les dejo en su blog que hay mucho que negociar para ir al super, museo, caminata, misa, almorzar y demás este domingo familiar. No dejen de leer algún blog del Reto Blog y de comentar en éste: ¿Cómo negocian sus domingos familiares?
Imagen de hoy Sam Saunders via Compfight
Tienes razón, los domingos no deben medirse con reloj, llevo muchos años que los domingos son libres por completo y de descanso.
Y si duda, quitarme el reloj me ha ayudado mucho. Total, con celular y computadora tengo recordatorios para cumplir mis citas con los demás. Y el resto del tiempo fluye a cómo se requiere.
El domingo es cuando veo más que estoy hecho a imagen y semejanza de Dios, o sea, descanso.
Y habrá que hacer también "años sabáticos".
Y si… Es el inicio del saber negociar. Que es importante, que es imperativo y que podemos intercambiar por gusto.
Aquí en casa el Dormingo es un día donde solo es importante hacer unas compras y el descanso de la mente y el cuerpo impera sobre los asuntos sociales. El día del disfrute donde se prepara al cuerpo para las jornadas semanales. Reloj… Que es eso?
Me voy que falta escribir mi entrada de hoy
Anda, que ya queremos leerla…