Nos hemos enterado que Andrés Manuel López Obrador, excandidato presidencial y prominente líder de la izquierda sufrió un infarto. Afortunadamente se recupera con normalidad a pesar del pesado del procedimiento quirúrgico.
Sin embargo, llama la atención ver como las pasiones se despertaron ante la noticia de su enfermedad, y de su posible muerte: había quien festinaba porque ”se abrió una oportunidad para sanar a México”. Para otros, la burla festiva, por ejemplo, al afirmar que ”no sabe la diferencia entre paro nacional y paro cardiaco, pues convocó uno e hizo el otro”, o que “Se enfermó de karma: tras bloquear las arterias viales de la Ciudad de México tras las elecciones 2006, ahora le tocó a él».
Como sea, lo más rescatable de esta noticia fue que, sea por mera cortesía política, tanto el presidente Peña Nieto, el ex presidente Felipe Calderón, el Secretario de Gobernación Miguel Angel Osorio Chong y el ex Jefe de Gobierno del D.F., Marcelo Ebrard, entre muchos otros, tuvieron a bien expresarle su consternación por el trance delicado y desearle pronta recuperación sea por Twitter o incluso en eventos en público. Insisto, es una buena señal, así sea por cortesía, que nuestros líderes políticos muestren señales de humanidad y respeto por el otro.
Esto nos demuestra que, aunque en lo político podemos tener diferencias y visión distinta, al reconocernos como individuos surge la posibilidad de diálogo entre personas y no mero choque de personajes. Por eso me quedo con los buenos deseos y me sumo a la pronta recuperación de Andrés Manuel… Saludos (si nos lee).