«El tiempo pasa… y yo no puedo avanzar…» dice la canción. Bueno, no dice eso en realidad, pero es lo que repente siento. Como recordarán (y si no, léanlo aquí) quedamos que vamos a entregar un par de libros antes de terminar el trimestre. Para serles franco, lo veo complicado. Hay avances, sin duda, pero no los suficientes lo suficientemente rápido.
Es seguro que muchos padecemos de lo mismo: empezamos las tareas o los encargos cuando los plazos están por vencer y no es hasta que el tiempo final se acerca cuando empezamos a trabajar con ahínco.
La verdad es que hay veces que ni así se puede: los imprevistos crecen y crecen. Y el proyecto no avanza. Eso sí, aunque se venza el plazo, no voy a entregar algo de mala calidad.
El proyecto será suficientemente bueno, aunque no se de en el plazo indicado. Pero tampoco crean que vamos hacer algo al a la carrera o mal hecho: son bastantes los avances que tenemos como para dejarlo abandonado, pero esa parte de dar la estructura final, que sea lo más adecuado… No siempre es fácil.
Por eso, como les pedimos su retroalimentación es muy importante. ¿Les interesa ese tipo de material? ¿Leerían el libro, sabiendo que será gratis? ¿Están dispuestos a cooperar con nosotros, echando porras, pidiendo cuentas, y, porque no, leyendo el borrador? Por favor denos señales de vida y convénzanos de que vale la pena hacer el esfuerzo.
Imagen de hoy por Luisus Rasilvi via Compfight
Es cierto que uno necesita ponerle fechas a sus proyectos, porque si no su ejecución se convierte en algo eterno.
Pero… pocas personas logran hacer coincidir estas ‘fechas de entrega’ personales con ese enorme montón de caos conocido como ‘la realidad’. Creo que aquí lo importante es no echarse para atrás cuando ocurre que no cumplimos la meta, sino hacer los ajustes sobre la marcha y poner una nueva fecha, no holgada pero sí viable, para la conclusión de la tarea.
Así que… ¡a darle!