El 18 de julio de 1872, murió el presidente mexicano Benito Pablo Juárez García. Es recordado por algunos hechos de su vida, principalmente porque era el presidente cuando Francia intentó respaldar la creación de un Imperio Mexicano a cargo de Maximiliano de Habsburgo, y porque era el presidente de México durante la Guerra de Secesión de Estados Unidos. Pero también porque ha sido uno de los pocos indígenas puros que ha llegado a ser presidente en 200 años de vida independiente del país.
Uno de los más reconocidos hechos de su presidencia fue la efectiva separación de la Iglesia y el Estado; antes de que creara la Oficina del Registro Civil, todos los nacimientos, matrimonios y muertes eran registrados únicamente por la Iglesia Católica, por lo que personas de otras religiones no podían llevar una vida normal con facilidad. Pero también Juárez fue un trabajador migrante, quien vivió en Nueva Orleáns y trabajó en una fábrica de puros – a pesar de que para entonces ya era un abogado titulado en México – enrollando puros, un trabajo manual relativamente simple.
Fue uno de los más revolucionarios impulsores de los mercados libres y las ideas liberales en la historia de México. Pero para algunos esta parte de su biografía no era tan importante como el hecho de ser anticlerical. Yo creo que su principal logro fue promover el desarrollo económico de México en formas novedosas e interesantes.