Escribir en la arena

Escribir en la arena

Escribir en la arena

Hay veces que siento que me la paso escribiendo en la arena. Ya sabes: te esfuerzas, te esmeras, haces todo bien… y unos minutos después llega una ola y borra todo. Entonces, empiezas a escribir, te esfuerzas te esmeras, haces algo distinto para variar… y unos minutos después llega otra ola y borra todo. Entonces, empiezas a escribir, con más esfuerzo, con mayor ahínco, corriges los errores… y unos minutos después… Bueno, ya captaron la idea.

Y eso que pasa en la escritura acontece en otros aspectos también. Sientes que haces todo bien, y de repente… Pareciera que el destino se ensaña y se encizaña contigo. Pero la idea es no rendirte y no dejar de hacerlo.

Y súbitamente, acaso sin aviso previo, surge un resultado positivo. Y luego otro. Una esperanza aquí, un brillo allá. No todo está perdido. No todo esfuerzo es en vano. Tal vez tome más tiempo del que esperaba lograr cierta meta. Pero se acerca.

Durante mucho tiempo practiqué montañismo. Travesía de media montaña -los fanáticos de las modas hoy lo llamarían trekking-.  Y allí el chiste era caminar, caminar, caminar… Administrar el agua, la comida, la ropa, el esfuerzo. Si sentías frío y sacabas la chamarra antes de tiempo, cuándo arreciaba el frío no tenías que ponerte. Si la guardabas durante toda la excursión, habrías cargado de más. El balance era el secreto: saber cuándo una circunstancia debía cambiarse y por qué, y cuándo era conveniente aplicar una medida y no antes.

También recuerdo un par de cumbres en particular que no me gustaba visitar: de un lado, eran unas pendientes largas largas, con pequeñas mesetas. Por más que caminabas, parecía que la cumbre era inalcanzable, pero una pequeña capilla que estaba en la cumbre te hacía sentir que casi estabas allí… para después descubrir que era apenas otra meseta y debías seguir subiendo.  Por el otro lado, eran pendientes pronunciadas, de entre 45 y 60°, por lo que el esfuerzo era titánico y dar cada paso era poco natural. El riesgo de lesiones o caídas era grande, y más de una vez vi tobillos lastimados.

Pero al final, cuándo menos lo esperabas… estabas en la cumbre. Esa que parecía imposible, esa que agotaría tus energías. Esa que pensabas abandonar antes de tiempo. Eso que parecía increíble, la habías logrado. Y el paisaje desde la cumbre no se parece a nada.

Parece imposible...

Parece imposible…

 

¿Y esto a qué viene? Que cada vez durante los últimos ocho años que empezaba a trabajar en la novela para luego abandonarla; que cuándo Amazon se negó a publicarla porque «era plagio», que cuándo debía estar impresa el 5 de enero y que llegó hasta mediados de febrero; que cuándo abriste la primera caja para vender no habían clientes… Cada vez que sentía que avanzaba y llegaba una ola y borraba el esfuerzo, me sentía desencantado.

Pues bien, ya está en Amazon. Ya está por agotarse el segundo tiraje impreso. Ya me pasa que hay personas cuya plática conmigo incluye la novela. Amigos perdidos hace tiempo cuyo nombre aparece en una orden de pedido. Una persona que me pide una, para un rato después decir «que sean tres». Alguien que compra 10 porque «quiere incluirlas en un grupo de lectura». Otra persona que me dice si me gustaría ir al radio a una entrevista. Otro, que quiere que platique de la novela en su taller de pensamiento creativo. Alguien, amigo de un amigo pero desconocido para mi, que si mañana puedo entregarle un ejemplar… Así como hay olas que borran lo escrito, hay olas que me hacen sentir que si avanzo. Veo la cumbre cada vez más cerca. Sé que la lograré. Y esa sensación de escribir en la arena desaparece cuándo le escribes a la imprenta para preguntar «cuándo y de a cómo» el siguiente tiraje. Porque si, esta semana se irán todas las que me quedan y la siguiente voy a una presentación… como autor invitado. Necesito más libros. Porque escribir en la arena no necesariamente se borra… si le añades cemento, trabajo y tiempo.

(Por cierto, en ClaraSandra.com pueden adquirirla en digital o en papel; en edición nacional o americana; pagando en efectivo, depósito o tarjeta de crédito o débito).

Imagen de hoy Dren Pozhegu via Compfight

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