Escribir: llegó la hora

Hora de escribir

Hora de escribir

Supongo que no será sorpresa para nadie: mi vocación, mi llamado profundo, es a escribir. Pensar una idea, analizarla, plantearla claramente -o al menos intentarlo- y luego… volcarlo todo por escrito. Ver cómo tus ideas e impacto llegan a más personas, a veces con grandes impactos y a ratos apenas como un pequeño sacudimiento. Pero ver el momento «ajá» en que alguien descubre algo nuevo por haberte leído… eso vale todo el esfuerzo.

En los últimos días les comentaba que estoy en un periodo de ajuste profundo: tras muchos años en el Sector Público es un camino que considero, por ahora, cerrado para mi. No creo volver pronto. (Ojo: no digo que no volveré, solo creo que no será pronto). Esto porque no me gusta la dirección que está tomando la administración pública y del que les comentaré en otra entrada. Lo cierto es que tanta desconfianza -y el marco legal que genera- hace muy difícil actuar adecuadamente y limita demasiado las acciones que puedes realizar.

Escribir: un llamado.

Lo cierto es que en buena parte de esa labor, mi principal tarea ha sido escribir: discursos, documentos, presentaciones, informes, reportes… Algunos presentados de manera creativa y original, otros tan solo de «rellenar en los blancos».  Estoy seguro que han escuchado algunas de mis frases que se volvieron famosas. O que algunas de las tareas en que participé les han beneficiado en su vida. Hay más de un millón de personas a las que de algún modo les toqué la vida directamente. Por eso también me cuesta esfuerzo cerrar esa etapa.

Pero mientras tanto, en las horas libres, las madrugadas y los fines de semana, le daba rienda suelta a mi verdadera vocación: escribir. Cuentos, novelas, manuales, guías prácticas. Posts de blog -van más de 4,000 entradas en distintos blogs-.  Es lo que hago una vez que medito y alisto los niños para ir a la escuela. Al menos, treinta minutos por día, todos los días, por los últimos siete años. A veces en la noche, o en la madrugada… pero si un día no escribo al menos 500 palabras es un día no vivido.

Por ello sé que en esta nueva etapa tengo que dedicarme con más ahínco a ello. Al menos cuatro horas al día. Desarrollar también talleres y cursos -pueden ver los primeros en http://cursos.gjsuap.com ) porque si bien transmitir ideas escribiendo es interesante y útil, también la retroalimentación personal es fundamental. Tratar personas en lo individual o en grupo puede ayudar a que las ideas fluyan mejor.

También están los materiales ya publicados: una novela, un par de compilaciones de artículos, dos guías prácticas. Eso más lo que ya se ha hecho. Las colaboraciones en el blog colectivo Asíntotas, con un reto creativo mensual. Las publicaciones en El Sol de Chiapas -que no es parte de la cadena de «los soles»-. Más lo que venga en adelante.

Escribir: un objetivo

Lo difícil, sin duda, es lograr que escribir se vuelva algo lucrativo. Si, sabemos que J.K. Rowling pasó de vivir de la beneficencia a ser la segunda mujer más rica en Inglaterra a través de sus libros. Claro que «Harry Potter» fue un fenómeno mundial y parte importante de las regalías llegaron por los derechos para hacer películas. Aunque hoy en día es más fácil empezar a destacar en ese campo que en el pasado.

Como muchos saben, mis libros están disponibles en Amazon. Y eso me ha permitido que sea Inglaterra el país que más libros impresos me compra -fuera de México- y que tenga textos vendidos incluso en Japón. Si, es grato recibir regalías cada mes; es triste que aún no sean suficientes para vivir.

Por lo mismo, otros de mis proyectos en línea seguirán creciendo, con fuerte impulso en abril, para que generen lo suficiente para dedicarme totalmente a escribir. Eso y los talleres, asesorías y consultorías serán mi nuevo camino vital. Porque creo importante la tarea. Porque vale el esfuerzo. Y porque quiero que haya cada vez más lectores y escritores.

Pese a todo, la palabra escrita e impresa no perderán su lugar, aunque todo sea más multimedia, mutiplataforma y multiuso: ser escritor es una vocación que me deberá impulsar al menos los siguientes cinco años de mi vida… y lo que venga después. Espero que me acompañes leyendo, para que todo tenga sentido. Que escribir ayuda, pero no basta.

Imagen de hoy Creative Commons License Summer Tan via Compfight

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