Se acerca el final de año (pues ya estamos en diciembre) y con él un cambio de tiempos: 2020 promete que haremos las cosas distintas. Y hay que alistarse. Porque las oportunidades se abren para quien las ha trabajado.
Ya se los comentaba en «La filosofía de Hormigas a Tiburones«: hay que estar preparado para las oportunidades. A menudo llegan disfrazadas de trabajo duro -y por eso no las queremos seguir- o como meras serendipias accidentales. Pero hay que estar atentos.
Y viceversa: hay veces que haces planes de vida para las siguientes tres décadas que no soportan ni tres meses. O amores que persigues por un año, por dos o por tres y que no sobreviven una primera noche. Así pasa y hay que aprender a adaptarse a ello.
Final de año: Ya cerca.
Lo cierto es que, aunque el tiempo es una creación humana -con calendarios y relojes incluídos-, tiende a darle cierto sentido de urgencia a algunas tareas. Acabar cosas importantes en diciembre. Empezar los nuevos hábitos en enero. (Por cierto, para quienes quieran ir avanzando en eso, acá hay un recurso muy útil: creando TUS nuevos hábitos=.
- El final de año es una etapa que nos hace sentir que ya está cerca el cierre de un ciclo. La verdad da igual si se llama 2019 o 2020: el tiempo para hacer algo es ahora. Y entre más pronto empieces, más pronto terminarás. Pero si reconocemos que diciembre es un buen momento para cerrar ciclos y acabar tareas.
Y más porque los modelos de lo que viene adelante surgen, precisamente, de acabar proyectos. Así que es buen momento para acelerar un poco con ellos y acabar a la brevedad.
Cambio de tiempos
Estos cambios de tiempos incluyen tres o cuatro cosas, a saber:
- Terminar ya de publicar el primer libro en inglés. Aunque lleva casi el 80% de avance, van al menos seis meses que no avanzo. Sí, me ocupé en otras cosas -y me preocupa hacer el sitio de acompañamiento en inglés-. Pero al menos puedo generar una lista de correo y avisarle a los lectores en cuánto esté listo el sitio.
- Concluir la edición una de las novelas anteriores. Sí, la relación con mi editora tradicional se ha perdido por ciertas diferencias irreconciliables. Aún así, puedo apurarme a buscar otra persona y sacar no una, sino dos de las novelas que tengo terminadas pero en la última fase de edición. Al menos una puede salir este año.
- Editar «La herencia de Cortés». Si me apuro, aún puedo subirme a la moda que implica Hernán y su campaña publicitaria masiva…
- Y, por supuesto, puedo hacerle caso a la última frase famosa de Bukowski que les comenté el lunes pasado y «encontrar lo que amo y dejar que me mate». Al menos, vivir un poco más con intención e intensidad, a pesar de todo y de todos.
Veremos que sucede, pero diciembre promete venir muy movido y espero tenerles buenas noticias muy pronto. Ya es tiempo de cosechar lo sembrado a lo largo de tanto tiempo. Y más si siento que el final de año es momento de cambio de tiempos.
Imagen de hoy: Objetivos por stevepb (Pixabay)
