«Se le prendió el foco» suele decir la frase popular para indicar que a alguien se le ocurrió una idea novedosa, creativa y original. Y al ver la foto de Nuria García que acompaña la entrada de hoy no me quedaba claro si era creativa y artística -y se le prendió el foco- o si tiene un aura de santa en torno a su cabeza.
Las «auras» o «halos» que se usan en muchas religiones -marcadamente en las imágenes de los santos cristianos, pero también en el budismo- parecen darle al personaje que los porta un aire fuera de la normalidad y lejos de la persona común. Tienen un halo precisamente porque son santos y alcanzaron la gracia ante la divinidad.
Pero también cuándo alguien tiene un «momento Eureka» parece que se ilumina todo y «se le prendió el foco» es otra forma de decir que la mente le brilla. Recordemos que Arquímides salió desnudo de su bañera corriendo al palacio real en cuánto descubrió el principio que hoy lleva su nombre, precisamente gritando «Eureka» (¡lo he encontrado!). Pero muchas veces ese «momento Eureka» viene de la perseverancia, como Edison, el necio, y su lucha de 10,000 intentos fallidos por crear el foco incandescente.
La verdad es que la santidad o la creatividad comparten un elemento en común: implican abandonar el ego. Si, ya que tengas el libro o el cuadro o la escultura o la forma de arte que estés desarrollando concluida podrás decir «es mía» y alimentar el ego y el reconocimiento; pero mientras eso ocurre, durante el proceso creativo, el ego desaparece y te quedas «fuera de ti mismo», en lo que algunos llaman «la Zona» y que el mismo Ray Bradbury decía que era la mejor forma de escribir.
Y si: cuándo escribo sin pensar, lo logro mejor y más fácil que cuándo cuido las palabras. Por ejemplo, en la entrada anterior cuidé tanto lo que quería decir… que terminé no diciendo lo que quería decir (que encontré la forma de recuperar U$25 en mi cuenta en Amazon de una tarjeta de regalo, a condición de gastarlos solo en e-books en menos de una hora. Y ni que decir que, de todos los que tenía en mente pude bajar casi todos: siempre me faltaron un par de textos porque, al no ordenarlos por precios, me quedaba corto por treinta o sesenta centavos… pero fue una grata sorpresa. Y más descubrir entre las «adquisiciones contra reloj» algunas joyas que me han corregido errores involuntarios. A En fin, que de eso iba esa entrada. ¿Verdad que no se entendió?. En cambio, en esta, en que parece que me están dictando y recordando lo que ya se ha dicho y… Bueno, ya entienden.
Total, que me di cuenta al ver esa foto de una idea importante: la creatividad, como la santidad, te iluminan y te dan carisma auténtico. Y se puede llegar a notar como un halo, como una luminosidad en torno a tu cabeza o a tu cuerpo todo. Y que se puede traducir en carisma: en que las personas te vean y se sientan atraídas hacia tu mensaje. Pero eso pasa por olvidar el ego. Y eso, eso no es fácil. Lo bueno es que se me prendió el foco y ahora se trata de descubrir un nuevo camino: cómo «estar presente» sin «estar en ti»: como ser todo para todos, dejando de ser tu propio ego. Y eso, en parte, por las sorpresas que te da la vida y en parte porque ves una foto que no sabes si fue intencional o no, pero hace que ver la iluminación de alguien creativo te hace dudar si es brillante por si misma o por cómo la iluminaron.
Y a ti, ¿Se te ha prendido el foco? ¿Cuándo y cómo? Déjanos un comentario.
Imagen de hoy, «Nuria García: Veo Arte en todas pArtes» por Casa de América via Compfight