Gaia: volver al futuro de la política.

Gaia: el futuro de la política
Gaia: el futuro de la política

En el semestre del verano de 2009, di por única vez una materia en el departamento de Ciencia Política en el ITAM. Era Introducción a las Políticas Públicas. La intención de aceptar la materia era hacer un libro de texto sobre el tema, y la expectativa era alta de mi parte, del departamento académico y del grupo. Y allí conocí por primera vez a Gaia.

Se planteó como un curso un poco distinto a lo que se había hecho en el pasado: más que una revisión de la literatura y la teoría, opté por hacer un modelo de casos específicos de políticas públicas mexicanas, basado en lo que había visto en diez años en el sector público, privado y social: un ejemplo práctico en cada clase.

El plan era abordar un ejemplo concreto, un análisis teórico y la aplicación de la teoría al caso práctico. La intención era, para los que ya se iban a ir a trabajar, que tuvieran más experiencia de cómo se aplicaban los modelos; para los que estaban preparando la tesis, que vieran la manera de hacer la relación entre teoría y práctica. Y mi objetivo oculto era convencer a muchos alumnos que se quedaran a estudiar la maestría en Políticas Públicas en el ITAM, que era donde daba más materias regularmente.

Uno hace planes, Gaia los deshace.

Fue un periodo bastante complicado en lo personal: había sido padre por última vez, y el cierre de la III Legislatura de la ALDF me había dejado sin ingresos (y prácticamente quebrado) por casi tres meses, en casa nueva con hijo nuevo. Aunque originalmente el acuerdo era que sería «el último en irme», para hacer la entrega a la nueva legislatura -y cobrando julio, agosto, la primera quincena de septiembre y un bono de un mes más por la transición-, los fondos se acabaron y cuándo regresé de mi permiso de paternidad, ya no había dinero para pagarnos agosto, septiembre ni bono de transición. Y yo con gastos que se habían hecho considerando ese ingreso futuro, más las clases ya agendadas.

Para cuándo empezó el semestre, mi cuenta de cheques quedó congelada y me quedé sin crédito disponible en las tres tarjetas. En español financiero, estaba quebrado. Por disposiciones administrativas de la universidad, no era posible cambiar la cuenta de cheques en que se me hacían los depósitos durante un semestre en curso. Así que los honorarios cayeron completos para pagar los intereses moratorios de una de las tarjetas de crédito, y nada más. Ni siquiera abonaba al capital. Trabajé de gratis, pues. Y entendí más lo que implica Gaia.

Al final, el niño sí traía torta bajo el brazo: me invitaron a quedarme en la nueva Legislatura, en un puesto más alto, en un grupo parlamentario más grande, con un sueldo mayor, con responsabilidades superiores y con la autorización de ir a mis clases en los horarios comprometidos ese semestre, pero sin la opción de aceptar otras materias el siguiente semestre. Sí podría dar clases en diplomados (que eran viernes y sábados), pero no en licenciatura, pues martes y jueves, días de sesión, debía estar disponible sin restricciones (aunque solían acabar a las cinco) y lunes y miércoles en la tarde, pues había que preparar las del día siguiente. El primer pago saldría el 15 de octubre. Así que casi un mes sin nada de dinero y con menos tiempo.

El curso no fue lo planeado

Siendo honesto, el curso no fue de lo mejor. Entre las desveladas para dar leches (las 3 a.m. eran el #Hijotime), encontrarme en un nuevo trabajo (que aunque ya lo conocía, casi todo el equipo, los jefes y las tareas eran nuevos), la presión de los gastos y las cobranzas, y el poco tiempo para documentar la parte teórica de las clases, el nivel no era el óptimo.

Y no fue malo, no. Pero hubo tres cosas que lo arruinaron:

  1. El ITAM había cerrado la Maestría en Políticas Públicas por falta de alumnos. Yo no lo sabía. Entonces, convencerlos de el mejor enfoque profesional posible era meterse a una maestría cerrada era un error. ¿Se puede parecer más despistado?
  2. Dos tercios de los alumnos lo adoraron: un tercio lo odiaron. En particular, aquellas alumnas que ya tenían trámites de admisión a universidades del extranjero y que querían ver avances de los modelos teóricos que iban a ver allá, y no los casos mexicanos o las aplicaciones prácticas. Para ellas, era un merolico hablando tonterías. El dia de la evaluación, mis «fans» no fueron y mis detractoras sí. La segunda peor evaluación en mi historia en el ITAM fue esa. A pesar de que en casi todas las demás me ubiqué entre los mejores 10 profesores y varias veces entre los 3 más altos.
  3. Eran politólogos, no economistas. De lo que yo creía que sabían, tenían nociones vagas. Lo que ellos dominaban, yo sabía, pero les explicaba como si no supieran.

Total, no fue curso ideal y se notó. Así que ni la preparación ni la visión de Gaia me ayudaron a salir bien en la única incursión en otro departamento. Me quedé desde entonces en Extensión Universitaria por mucho tiempo, aunque mi adscripción siga en Estudios Generales, dónde me tocó publicar varias veces en su revista Estudios y la traducción de El Pensamiento Económico de Aristóteles.

Gaia. El futuro de la política.

De lo más rescatable, es que empecé a llevar materiales multimedia para analizar, cosa que casi ningún profesor hacía entonces. Vimos «La Granja«, el vídeo que hicieron Los Tigres Del Norte sobre la muerte de Juan Camilo Mouriño casi de inmediato, y lo analizamos. «¿Y eso qué tiene que ver con los modelos cuantitativos de predicción del votante medio que se supone que veríamos hoy? ¡Son canciones de nacos con caricaturas!» Y mis detractoras se salieron a quejar con la Jefa del Departamento.

En lo que ellas estaban fuera, se hizo el análisis del crecimiento del narco, la hipótesis del atentado de que hablaba la canción, los sectores sociales involucrados, el crecimiento del problema, de lo urgente que era atenderlo, de cómo Fox no actuó, las implicaciones sobre la sucesión presidencial. Todos eso. Pero se lo perdieron por salirse ofendidas. Cuando le expliqué a mi jefa académica por qué el ejercicio era importante, ella me dio la razón, y me comentó cuál era la queja de esa parte del grupo: querían ESA clase y los modelos porque de eso era su maestría. En fin…

Y el otro que vimos es éste: Gaia, el futuro de la política. Se los dejo de tarea…. Y nos vemos el miércoles para comentarles algo.

Avisos parroquiales:

Si, este blog andaba un poco abandonado. El viernes les cuento por qué, y si, tiene que ver con el COVID y sus consecuencias. Estén pendientes.

No, no repondré las entradas faltantes. Toca ir hacia adelante… Pero les tendré un regalito para compensarles los días que no estuve. Atentos.

Imagen de hoy: Trump at the wall por TheDigitalArtist (Pixabay)

5 comentarios

  1. Pingback: Pandemia planteada hace una década. | Dichos y Bichos

  2. Siempre se aprende algo nuevo…
    Mi estimado Gonzo, muy interesante entrada, Bueno como tal el texto tuvo su interés un tanto personal… de las vivencias que un amigo le cuenta a otro…
    Ya hablando en plata, el video de Gaia estuvo muy interesante… Me voy a poner a investigar un poco mas… Déjame comentarte que como a medio video me empezó a sonar algo raro…. Si lo raro es la fecha, 2008… Y tanta actualidad….
    Saludos… nos seguimos leyendo por aquí o por allá…

    • … y precisamente, es el tema. Es de 2008. Y ¿Viste que hablaba de que la «pandemia global que inició la WWIII» surgió en 2020? Yo lo usé en clase en el verano de 2009. Y ya se notaban ciertas cosas sobre eso…

      Saludos y gracias por leer y comentar.

      GS

      • Solo esperemos que no siga una WWIII… al menos no del estilo de las últimas 2… Veremos qué nos depara el futuro… ¿O tendremos que desdoblarnos?
        Si acabo de leer el otro blog…
        Saludos.

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