Este año ha estado lleno de buenas ideas y de oportunidades. Pero… ¿Qué creen? Lo importante no ha sido tener ideas, sino ejecutar esas ideas.
Debo confesar que muchas de ellas no han avanzado: autosabotaje, sabotaje de terceros, fallas ajenas a alguien concreto. Pero se han detenido. Y ni modo, algunas se ajustan en el calendario, otras se abandonan. Ya no se pueden hacer.
Lo importante es en las que si se avanzan, las que tienen un resultado tangible o un avance importante. Las que se replantean para hacerse -aunque sea de otra forma-. Las que si se hacen.
Porque, asumámoslo: todos tenemos decenas o miles de ideas al año. El problema es que la gran mayoría de ellas se abandonan fácilmente. Algunas son recurrentes. Para nuestra mala pata, suelen ser las que se repiten las que más nos demeritan: «No so soy bueno. Eso no funciona. Deja de hacerlo. ¿Quién dice que eres capaz?».
Estoy seguro que muchos prefieren vivir en la rutina y no cambiar sus hábitos. Pero… eso es lo que puede llegar a hacer la diferencia. No es tener ideas: es hacerlas. Pese a todo. Venciendo obstáculos y resistencias. Y tarde o temprano, funcionarán. Por ejemplo, mi siguiente novela los está esperando…
Ideas: Ponte a hacerlas
Sin duda, no actuar es peor que actuar y equivocarse. Habrá ocasiones en que valga la pena pensar las cosas, pero pronto o pasar a la acción o descartar la idea. La indecisión no ayuda.
Y una vez que tienes la idea oportuna… actuar con base en ella. Porque a veces la oportunidad de la idea se pasa si no la ejecutas en el momento adecuado. Por ejemplo, después de lanzar la primera edición digital de un periódico impreso en Internet, me invitaron a hacer lo mismo para el entonces nuevo diario Reforma… y no lo hice -aunque estuve en su primer Consejo Editorial para Reforma.com-.
Eso siempre y cuándo las hagas moverse. Porque tener ideas pero no llevarlas a la práctica… (Creo que ya se dieron cuenta de que el tema de hoy es recurrente. Fue una semana llena de… ideas y reflexiones sobre las ideas).
Pero juzgar sin pensar, es decir, basados en prejuicios y predisposiciones. Y ya saben a dónde nos lleva eso… A más problemas de los que resuelve.
Y bueno, no es precisamente un músculo… pero sin duda hay que ejercitarla. Lo que no es fácil.
Suena raro sin duda, pero la frase -que supongo que en ruso tiene más sentido porque hay tres variaciones distintas para escribir «felicidad»-, lo importante es que la felicidad no es un destino sino un camino.
Así que ser fuertes es cosa de la voluntad. Sean fuertes al llevar sus ideas a la práctica, porque no basta con pensarlas.
Por último, les sugiero: no se queden con la idea de aparecer en mi próxima novela. Con solo $150 pueden asegurar su ejemplar del e-book con su nombre en los agradecimientos Y por $300 reciben el libro impreso. Pero hay donativos y recompensas desde $25. Detalles y donativos en la página de #CALEXIT, la Historia por venir.
Imagen de hoy: Andrés Nieto Porras via Compfight y postales por @gjsuap