
¿Qué pasaría si un solo invento pudiera conectar al mundo entero? ¿Y si requirieras dos inventos? Un escocés con ideas incómodas lo hizo. Pero no solo eso… También fundó una de las instituciones más influyentes del planeta. ¿Sabes quién fue?
Alexander Graham Bell NO nació para ser inventor. Era profesor de sordomudos. Obsesionado con el sonido, la voz… y el silencio. Y precisamente ahí encontró su oportunidad. ¿Te atreverías a construir algo desde la obsesión?
Inventos útiles
n 1876, Bell patentó algo que cambiaría la historia para siempre: El teléfono. Pero… ¿Crees que todos lo aplaudieron? No. Muchos se burlaron. Otros lo demandaron. La mayoría no entendía su visión. ¿Te suena?

«Este nuevo invento (el teléfono) tiene demasiados inconvenientes como para llegar a ser útil. ¿Quién quiere oír la voz humana cuándo puede simplemente leer el mensaje? Recomendamos no invertir en ello». Memo interno de Western Union, compañía de telégrafos, 1878.
Mientras el mundo se reía, Bell construía. No solo tecnología. Construía legado. Pero… para poner líneas de teléfono, no puedes ir siempre junto a las vías del tren, como los telégrafos. Necesitas mapas precisos para crear una red mejor, más amplia y barata a la vez.
National Geographic Society
Y, para tener mejores mapas, necesitas reunir a los mejores cartógrafos. En 1888 fundó la National Geographic Society (Sociedad Nacional de Geografía). Sí, la de las revistas con portadas de marcos amarillos. ¿Tu contenido tendrá impacto dentro de 150 años?
3 ideas lo impulsaron en ese proyecto:
- Necesitaba los mejores mapas del país, y luego, del mundo. Había que patrocinar cartógrafos.
- Si ya pagas a gente que viaja por lugares inhóspitos, dales cámaras fotográficas.
- Quería probar cuánto de la Biblia podría demostrarse.
Uno de los temas que más le interesaban era confirmar los relatos bíblicos. A través de la National Geographic Society, impulsó la búsqueda del Arca de la Alianza, del Arca de Noé, de presencia hebrea en Egipto y demás referencias. Así, ayudó a estudiar los rollos de Qumrán.
Inventos trascendentes

Bell no buscaba fama. Buscaba conexiones reales. Ideas que pasaran del papel a la realidad.
Mientras los otros hablaban, él transmitía voz a través de un cable.
Mientras otros charlaban, él plasmaba ideas en una revista ilustrada.
¿Estás hablando… o estás haciendo historia?
«Señor Watson, venga aquí, quiero verle».
Su teléfono no era perfecto. Pero funcionaba. Y eso bastó para empezar. Obtuvo la patente 3 días antes de lanzarlo.
Muchos esperan a tenerlo todo listo antes de lanzar. Bell lanzó cuando apenas era posible. ¿Qué estás esperando tú?
Bell entendió algo que muchos aún no comprenden: No se trata del invento. Se trata de lo que transforma. Su teléfono cambió la forma en que nos comunicamos. Y su revista cambió la forma en que entendemos el planeta. ¿Estás creando algo que transforme?

Alexander Graham Bell nos dejó dos inventos: el teléfono y la National Geographic, con todo y sus mapas, sus revistas y sus documentales. Y todo porque quería ayudar a mejorar la vida de los sordos. Pero no es el único que transformó el mundo: acá te invito a leer algo sobre Winston Churchill, por ejemplo.
Texto publicado originalmente en X (antes Twitter)