Hay un movimiento literario que surgió en los años de la década de 1960 en México, y al que pertenecieron, entre otros, Gustavo Sainz, Parménides García, René Avilés y José Agustín, poeta a quien citamos en las frases famosas de la semana anterior.
Sus elementos incluyen hablar del México real, contracultural y no de la imagen que oficialmente se quería dar del mismo. Algunos dicen que surgen como imitación de lo Beatnik como William Burroughs o posteriores, como Hunter S. Thompson. También destaca que, en sus inicios, asistió al taller de Juan José Arreola -de quien ya hemos hecho una selección de frases-.
En su estilo destacamos -como verán en las frases famosas a continuación- un estilo claro y directo así como una reflexión de lo cotidiano, lo que eleva a nivel de arte lo que, para los demás, son cosas intrascendentes y del día a día. Por eso nos pareció importante rescatar a José Agustín (de apellidos Ramírez Gómez, por si alguien tenía curiosidad).
José Agustín: frases
Así pues, esta semana recuperamos cinco frases famosas de José Agustín, poeta, novelista, guionista, y un artista de la palabra bastante completo. Espero que les gusten.
¿Quién puede conocer completamente a su pareja? No es un ejercicio fácil, y más de uno pasaríamos dificultades severas al pretender que conocemos todos sus secretos. Son, indudablemente, un misterio.
La magia detrás de la realidad es algo que no todos acabamos de comprender. A veces, muy a veces, es posible atisbarla; pero en ocasiones, ni eso…
Y sí: México es demasiado indígena. Más de lo que lo reconoce. Y está presente lo mismo en Chocolate o Tomate, que en decir que un bebé es un Tlaconete (Tlaco: mitad; nenetl: niño; tlaconete : medio niño, bebé), una tienda de pinturas una tlapalería (tlapalli: Pinturas) y un ladrón es un cacomixtle (animal parecido al mapache… con sus mismos hábitos de robar cosas).
Y si es difícil conocer a la mujer, aún más difícil es encontrarlas si ellas no se dejan. Así que… a seguir buscando, primero esperando convencerlas.
Así muchas parejas: están juntos porque comparten una misma soledad, no porque se acompañen mutuamente. Y son más de los que creemos.