Luther King: Su legado

Luther King: Su legado

Luther King: Su legado

Hoy me vino a la memoria Martin Luther King, el asesinado líder del movimiento de los derechos civiles de la década de 1960 en Estados Unidos. Algunas de las aproximaciones a su obra parten del entorno político:  no sólo fue un gran defensor de los derechos civiles, sino un hábil conductor de la política mediática.

Por ejemplo, hay quien señala, con justa razón, que algunos de los episodios más señalados de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos tenían no sólo un alto valor ético, sino también un sentido político extraordinario. Por ejemplo, señalan que en aquella icónica fotografía en que un policía blanco azuza a un perro para que muerda a un manifestante negro en Alabama, la decisión era retirarse sin confrontación… hasta que notaron que los policías eran de una compañía cuyo jefe tenía vínculos con el Ku Kux Klan… y porque vieron periodistas cerca. Entonces decidieron confrontar a la patrulla canina. Pero no con cualquier muchacho: la vanguardia del frente estaba integrada por personas que conocían el manejo de los perros, por lo que podían permanecer calmados en su cercanía. Y el fotógrafo no era cualquiera: Bill Hudson, corresponsal del New York Times tomó la foto que ocupó tres planas del principal periódico, favoreciendo así el movimiento de los derechos civiles.

Luther King y su «marcha sobre Washington».

Gran parte del mérito que se le reconoce a Martin Luther King es que mantuvo el movimiento de los derechos civiles en el cause de la no violencia, muy al estilo de Gandhi. La idea es que la resistencia civil pacífica podía transformar la percepción del otro y «elevarlo» moralmente para que viera los errores de su posición. A veces no funciona, pero cuándo lo hace, lo hace bien.

Por ejemplo, estaba prohibido reunirse en público para manifestarse. Entonces Luther King anuncia la «marcha sobre Washington», en la que haría un mitin -prohibido- en el memorial a Washington, ese largo parque con un espejo de agua central que une el Capitolio con el Memorial a Lincoln, pasando por el obelisco a Washington y  equilibrado por la Casa Blanca a medio camino. Pues la orden policial era que arrestarían a quien se presentara. Luther King reunió un millón de personas – y dio su célebre discurso «I had a dream», pieza clave de su movimiento- con lo que hizo imposible que detuvieran a un millón de personas. Se opuso a una ley injusta probando que era injusta.

Tal vez ese el mérito de los movimientos de resistencia civil pacífica: mostrar a la autoridad que su posición es absurda, sin retórica o ataques: únicamente enfrentarla a actos que le hacen notar que así es, sin agresión o ataque. Pero sin duda requieren también una gran comunicación política. «La marcha por la sal», en que Gandhi hizo una marcha al sal para tomarla sin pagar el impuesto funcionó tanto porque el gobierno colonial inglés en la India destacó militares que golpearan a sus sinpatizantes, cuanto porque hubo un equipo de noticias -entonces de cine- y reporteros internacionales que contaron la historia.

A veces no basta tener la razón: requieres que alguien más lo vea y lo señale al público. Esa es la diferencia entre los éxitos de Gandhi y Martin Luther King y los fracasos de otros movimientos similares: una adecuada difusión y un buen fraseo del mensaje.

Así que podemos considerar que el legado de Luther King incluye, entre otras cosas, haber comunicado adecuadamente su mensaje. Al grado que, incluso, Estados Unidos tiene un día de asueto para conmemorarlo, y hay una estatua representándolo en el frontispicio de la Abadía de Westminster en Londres (junto con Monseñor Romero, de El Salvador) dentro de «los grandes mártires cristianos del Siglo XX), algo verdaderamente destacado.

Extra:

Si, siguen mis dedos lastimados. Aún duele escribir, o cuesta trabajo con una sola mano. Otra entrada breve. Perdón pero ya vamos saliendo… Gracias por estar al pendiente.

Imagen de hoy andres musta via Compfight

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