Mandela: otro ejemplo de buen liderazgo.

Nelson Mandela por pasa47
Nelson Mandela

En la entrada anterior, comenté sobre el liderazgo de Gandhi para lograr la independencia de la India. Lo logró mediante técnicas no violentas. Y decía que, al final, aunque obtuvo esa meta, nunca tuvo un cargo de poder. Porque el liderazgo moral y la autoridad política pocas veces pueden ir juntas. Nos retaron a encontrar un ejemplo dónde sí ocurriera. Y Nelson Mandela, el líder del movimiento contra el Apartheid sudafricano es un buen ejemplo. Así que, atendido las peticiones de algunos de nuestros lectores, comentaremos un poco sobre ello.

Cabe destacar que no son casos del todo desconectados: decíamos que Gandhi había empezado su lucha pacífica protestando contra una ley injusta cuándo vivía en Sudáfrica. Esa es la patria en que nació Nelson. A lo largo de los años, ese régimen que limitaba a la población india migrante allí se volvió cada vez más intolerante contra la población negra nativa.

Repaso rápido del Apartheid.

Entendamos la lógica: Sudáfrica era un punto clave porque restringía «la vuelta a África». Por tanto, podía regular efectivamente el comercio marítimo entre Europa y Asia. Primero llegaron los portugueses, que fueron desplazados por los holandeses. Luego, los ingleses trataron de eliminarlos, pero solo lograron que migraran fuera de las costas. Se hicieron cuatro repúblicas independientes, hasta que holandeses e ingleses las unieron y crearon la Unión Sudafricana, una república que se basaba en… limitar derechos y segregar a la minoría negra de sus propios territorios.

Tras la Segunda Guerra Mundial, el régimen del Apartheid (o «separación racial») se fue endureciendo, llegando al extremo de prohibir el Congreso Nacional Africano. En este órgano deliberativo participaba el abogado Nelson Mandela. Era un miembro más, pero destacado como líder de las Juventudes del movimiento.

Mandela, un buen caso

Sin embargo, originalmente Nelson pensaba que la vía institucional no los llevaría muy lejos, así que debía considerarse la vía armada. Consecuentemente, empezó a ver cómo podría organizarse una guerrilla e incluso supo de algunos actos terroristas, como ataques a trenes.

Pero el gobierno, acaso observando lo ocurrido en India, decidió ser más firme y menos tolerante. Así que Mandela y parte de su movimiento fueron encarcelados. Vivió en prisión 27 años, en los cuales llamó a mantener el movimiento pacífico, a exigir «firmeza en la verdad» y en pedir que el mundo rechazara al gobierno sudafricano. La presión internacional por su liberación fue crucial para desmantelar el Apartheid.

Al final, no sólo se logró su liberación: fue electo presidente, integró a su equipo al último gobernante del régimen y llamó a un gran movimiento de paz y reconciliación nacional. Fue tal su éxito en el proceso, que hasta logró que Sudáfrica fuera, por primera vez, sede del campeonato mundial de fútbol de la FIFA, el Mundial Sudáfrica 2010.

Su lucha no violenta lo llevó a ser un caso atípico: obtuvo el Premio Nobel de la Paz 1993, pero también recibió la Medalla de Lenin de la Paz 1990 y la Medalla Presidencial de la Libertad 1999. ¿Conocen a alguien más que haya sido reconocido por la URSS y los EUA, además de obtener el más alto galardón? Sí, se puede. Pero toma mucho tiempo y mucha consistencia en la lucha. Y, al ganarla, recordar que se vive y se sirve a todos, no nada más a los que votaron por ti o que simpatizan con tus ideas.

Imagen de hoy: Nelson Mandela por pasa47

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