Pues llegó el momento en que, tras mucho esfuerzo y algo de pereza derrotada, logré alcanzar algunas metas que me había propuesto en ciertos proyectos. Ese momento en que toca poner el punto final a algo, y con ello puedes asumir que está terminado… al menos por ahora.
Y ese estado de tener algo completado es siempre satisfactorio. Puede tomar mucho tiempo, o hacerse rápidamente. Puede ser un recorrido tranquilo o vencer muchos obstáculos.
En esta ocasión fue bastante complicado durante casi dos meses… pero ya está. Misión cumplida y todo en orden. Las metas planteadas han sido alcanzadas.
Si, es importante compartirlo con Ustedes porque me han leído sufrir ultimamente con ese tema. Pero bueno, una vez llevado a sus últimas consecuencias se acabó la tarea y con ella el sufrimiento.
Metas alcanzadas
En efecto, pocas cosas dan más alegrías que tener el deber cumplido. Y cuándo en una bitácora como ésta se habla del tema, es porque no es común. Es decir, muchas veces comentamos del arranque de proyectos. O de las dificultades que se encuentran al avanzarlos. O de cuándo se llega a un objetivo -como éste ejemplo-. Definitivamente, este último caso se presenta menos veces.
Aún así, es importante compartir con Ustedes, mis lectores, que las metas se han logrado. Que será un buen momento para ver lo que sigue.
Porque, como siempre, nos quedan dos opciones: tomar un periodo de descanso -desintoxicante-. O bien, arrancar una nueva tarea tan pronto como sea posible. Es decir, hoy mismo. Y la verdad es que creo que optaré por esta segunda opción. No por otra cosa: porque eso ayudará a retomar la energía disponible e impulsarla hacia nuevos objetivos. ¿Me acompañan?
Imagen de hoy Oneras