Llevo ya muchos años en la escena virtual del Internet. Incluso conocí Yahoo! cuándo era «la guía de Jerry para la World Wide Web» y tenías que mandar las direcciones que querías que se indexaran a mano. Mi primer sitio web data de 1995. Recientemente me enteré que el más viejo que seguía operando, «Septieneco», fue borrado por los nuevos dueños del servicio en que se hospedaba. Por eso encontrarme sitios moribundos o abandonados me da mucha tristeza.
Haciendo el recuento, los días del fallo de la computadora y el temblor dejaron fuera de servicio y sin entradas nuevas a Dichos y Bichos por casi diez días. Ya les había comentado al respecto. También las frases famosas desaparecieron por ese lapso. ¿Lo más triste? Nadie las extrañó. No mandaron correos pidiendo que las reenviara, o preguntando qué había pasado. Y ahora pasamos de aperturas de un 50% de la lista a menos del 10%. Los entiendo, pero es algo que desanima.
Y eso que fueron menos de dos semanas. Toparme un sitio borrado después de 16 años… fue aún más triste. Pero tiene sentido: lo que era negocio entonces, o era de interés… hoy no lo es. Pasa todo, y más en estos tiempos. Aunque era interesante ver cosas viejas que siguen vivas.
Incluso hay una anécdota curiosa sobre Dichos y Bichos: la primera serie de entradas, publicada en mayo y junio de 2010 fue sobre Antans Mockus y se llamó «el girasol no inundó«. Un día tuve oportunidad de enseñarle a Antanas el blog y comentarle que con él había empezado. «Espero que tenga más éxito que yo…» me dijo. No creo ser más exitoso, pero al menos si sigo constante.
Moribundos o abandonados.
Una de las cosas que me dejó el temblor del 19 de noviembre fue reencontrarme a un par de blogueros cuyas páginas se dejaron de actualizar hace un año o más. El temblor los hizo «despertar» del letargo. Otros tenían menos tiempo de abandono, pero tampoco estaban activos en un rato. También me buscaron amigos que estaban lejos -aún en estas épocas de redes sociales ubicuas-.
Entiendo que los trabajos «formales» y el poco tiempo que dejan, la falta de «éxito» (medido en dinero o tráfico) o la pérdida de interés nos pegan y desaniman a todos de cuándo en cuándo. Pero dejar blogs moribundos o abandonados me parece triste.
Hoy quiero recomendarles que visiten a algunos de ellos. Vamos a demostrarles que en la blogosfera también los extrañamos. Van tres recomendaciones:
1.- Mónica Moreno en su blog «Una mujer como todas«. Quien, además, está estrenando libro en Amazon y su página de autora: Monimor.
2.- Mi estimada Gonsen, a quien tras el cierre del blog Asíntotas no había visto en persona o en línea -más allá de algunos tuits-. Y aunque sigo su blog, me brincó una entrada magnífica: entre más lejos, menos nos toca. Espero verla pronto para un prometido pan de muerto…
3.- Emmanuel Lazos, quien escribió un capítulo en uno de mis libros (en éste) y que había abandonado su blog por muchos meses… Hasta que el peatón reapareció tras el sismo. Primer entrada de 2017…
En fin. Me da gusto ver que siguen adelante. Y les pediré un favor: visiten sus blogs y déjenles un comentario. Que sepan que, aunque sus sitios parecen moribundos o abandonados, si nos importan. Porque lo más triste que una página web sin actualizar es una página web sin lectores. Y más cuándo comparte material de calidad, como ellos tres. ¡Van!
Imagen de hoy Hans
A veces se puede entrar, a veces no ¿Mi blog? Es de los moribundos, tendré que aplicarme. Saludos
Pero cuándo entras eres bienvenido… y más cuándo nos regalas un comentario. No lo dejes morir de inanición nada más. Saludos.
Hola Gonzalo, tú sigue escribiendo., en lo personal te sigo leyendo aunque no comente. Saludos cariñosos.
Gracias Silvia. Como dice Vicente Fernández: "mientras sigan leyendo, yo seguiré escribiendo". Bueno, el lo dice sobre cantar y aplaudir, o algo así… 😉
Tssss… gracias por esta entrada, Gonzalo, en verdad gracias.
Gracias a ti por volver a escribir. Se te extraña. Saludos.