Tras usar Facebook -nunca fui gran fan- y Twitter – ahí si, ¡agárrense! (o sigan a @gjsuap)-, me preguntaba si no son ya demasiadas redes sociales. Aún así, hace casi un año abrí Pinterest. Y me lo he encontrado interesante. Por ello, hace nueve meses y un poco a regañadientes acepté la invitación de Google de vincularme a su red social Google+. Es que eso de seguir buscando el final de la fiebre de las redes sociales es una tarea que parece que no tiene fin.
Debo confesar que no me emocionó mucho al principio. Es como si Facebook y Twitter tuvieran un hijo. Uno muy guapo… pero no muy brillante. Google+ tiene un diseño muy bonito, y utiliza #hashtags como Twitter, lo que facilita identificar la información. Pero a ratos parece que consume mucho ancho de banda para presentar los datos. No me convenció en principio.
Pero recientemente -y como les había contado– me uní a una comunidad, la de Denise Wakeman (@DeniseWakeman) y su nuevo libro. Y entonces le empecé a agarrar el sabor a Google+ y sus ventajas. Y hasta descargué la versión móvil. Y de verdad, hacía falta eso.
De entrada, la ventaja de las comunidades es que permite ordenar adecuadamente las pláticas por temas. Los #Hashtags ayudan a etiquetar las cosas. Es magnífico para compartir documentos que puedan editarse en línea. Las fotos suben y se editan con facilidad. Y lo mejor es poder agrupar a personas con intereses similares, y luego dentro del grupo, separarlos por subtemas. Todos juntos pero no revueltos.
Un atributo adicional de Google+ es que se vincula con muchas de las herramientas de Google de manera transparente y sencilla: Hangouts -las charlas en vivo- pueden entrar con video y texto de manera simultánea, y luego dejar la transcripción disponible en YouTube. Los archivos se comparten desde Drive, y las fotos también pasan de manera transparente. Es posible incluir ligas que son «predescargadas» o visibles al pasar el puntero encima de ellas. Y, por supuesto, la mayor fortaleza de Google: buscar. Buscar y buscar: vídeos, fotos, textos, presentaciones, ligas… todo lo que subas es fácilmente localizable.
Otra relativa ventaja es que no sólo veo publicaciones de personas que sigo, sino de aquellas que hablan del mismo tema. Y no necesariamente porque alguien a quien siga lo recomiende, sino porque estamos en lo mismo. La verdad es que Google+ tiene más sentido si te vinculas a comunidades que tocan temas de interés para ti, en lugar de simplemente seguir al azar. Ya me incluí en varias y así si vale la pena tener otra red social, una adecuadamente agrupada por temas de interés.
Insisto en que para el trabajo es una buena herramienta: permite distribuir documentos y dar seguimiento a las opiniones y retroalimentación, ya que permite compartir documentos, fotos, vídeos y ligas. Y con documentos compartidos desde Google Drive, es posible que las personas los vean, los comenten o los editen, incluso simultáneamente. En la oficina ya creamos un grupo de trabajo, y en general estamos contentos con ella.
Por último, como en cualquier red social, es más divertida entre más personas participan, más sigues y más publicas. Así que no quiero dejar de invitarlos a que también nos vinculemos en Google+. Pueden recomendar las entradas del blog usando el botón de Google+ que está al final de los posts, o bien en mi perfil que está disponible para todos ustedes -aunque con contenido especial para los seguidores, que no cualquiera puede ver- y que pueden localizar en http://plus.google.com/+GonzaloJSuarezP
Veamos… Parece que ya se puede publicar.
Le decía que yo detesto el fb, me parece muy invasivo. Soy tuitera de corazón y me agrada el Instagram, pero creo que sí vale la pena echarle un ojito a G+.
Saludos, necioso 🙂
Coincido: cuando Facebook te propone ser "amigo" de la persona que ocupó el baño a la derecha del tuyo en el aeropuerto de Acapulco… ya se pasó de la línea. Y faltó la opinión sobre Pinterest.
Bienvenida y espero que comentar te sea más fácil…