El estrés. Ese gran villano que nos han enseñado que toma miles de horas de nuestro tiempo, y termina matándonos. Una enfermedad de las personas más ricas y más ilustradas, que no estaban presentes en el pasado. Es un veneno. Nos consume. Estresa el corazón. Nos daña… O, al menos, eso nos habían dicho.
Pues bien, esta semana me topé en las «Ted Talks» (Ted.com) de las que ya hemos hablado en otras ocasiones, con una conferencia
dictada por Kelly McGonigal en Escocia en junio pasado. Y lo sorprendente es que presenta nueva evidencia: a partir de estudios de 10 años de duración, se demostró que no es el estrés el que nos mata: es la creencia de que el estrés es malo la que lo hace. Si, la creencia en que el estrés nos daña se vuelve la décimo quinta causa de muerte en Estados Unidos. Sé que suena raro o «contraintuitivo», pero tiene razón.
La lógica del argumento es muy clara: el estrés es una respuesta natural del cuerpo a situaciones de potencial peligro. Nos ayuda a reaccionar más rápido. Y por difícil que sea una presión laboral o emocional, ciertamente no es más peligrosa que huir de un león que nos persigue, verdadera situación de vida o muerte. Así que el propio cuerpo tiene mecanismos para procesar el estrés de manera natural. Ya sea por la liberación de dopamina o por volvernos más receptivos a pedir o dar ayuda -y a darnos abrazos y palabras de apoyo-, el estrés es benéfico para la salud.
Lo que nos mata es asumir que el estrés es malo, y por tanto tratar de contrarrestarlo: tomar bebidas energéticas o calmantes, pensar constantemente que es malo y nos va a matar, preocuparnos por estar estresados… o encerrarnos con nuestro sufrimiento y angustia. Eso es lo que nos hace daño y termina por matarnos. No es el estrés, es cómo pensamos y cómo actuamos ante él.
La solución es simple: acompañarnos mutuamente. Compartir lo que nos preocupa. Abrazar o dejarnos abrazar. Abrirnos a los demás. Decir lo que nos estresa, y asumir que, sea lo que sea, podemos o evitar la situación o reaccionar normalmente a ella. No es tan grave, pues.
A quienes quieran ver la conferencia completa, más allá de lo que les hemos comentado, aquí la dejamos. Espero que también les guste:
Y les proponemos que nos cuenten, ¿Cómo manejan el estrés? ¿Qué hacen cuándo están estresados? ¿Cuántos abrazos dan / reciben constantemente? Déjenos un comentario al respecto…
Imagen de hoy, por Amy McTigue via Compfight
Hola,
Buen post. Sólo comentar que el estrés es igual que el colesterol. Hay del bueno y del malo para el cuerpo. En realidad el #problema" es el exceso. Un exceso de estrés es el que mata a las personas.
Lo de los abrazos suena lógico. Está comprobado que un abrazo es algo que disminuye el estrés en el cuerpo. Además el que alguien te haga sentir acompañado te hace tener esperanza en que las cosas van a estar mejor.
En realidad lo importante de lo que mencionas es saber manejar las situaciones que nos hacen sentir estrés y por lo tanto crecer.
Saludos,
Eloy López
My recent post Qué es la Muerte Económica, cómo protegerse de ella y por qué cantidad hacerlo.