Platicaba recientemente con dos personas sobre algunos debates entre hacer «publicidad», «anuncios», «noticias» y «recomendaciones» y sus efectos. Y ambos debates nos llevaron a conclusiones interesantes.
Primero, alguien alegaba que por qué si el gobierno hacía muchas cosas buenas, los periódicos y noticieros no las reportaban. «Parece que les gusta lo malo, pero no ven lo bueno». Y allí la reflexión era clara y directa: la noticia, lo que tiene interés periodístico, es lo atípico, lo diferente, lo raro, lo escandaloso; no es el hecho de que millones de burócratas sean honestos: es el funcionario que se lleva a la familia en un helicóptero oficial y lo fotografían. Hay miles de burócratas que usan el patrimonio público como si fuera personal -desde lápices y copias hasta viajes a juntas de dos horas que duran cinco días-, pero lo noticioso en el caso de David Korenfeld es que lo hizo en un helicóptero -lo que no es un transporte cotidiano para la gran mayoría- con la familia -muchos abusan «en soledad» o con sus conquistas de oficina- y que fue fotografiado por un particular -lo que impidió un control «tradicional» sobre la publicación.
Ejemplo clásico: que un perro muerda a un niño, no es noticia. Pasa miles de veces todos los días. Que el niño muera de rabia, puede ser una nota local. Que el niño muerda al perro, puede ser una nota curiosa. Que el perro muera de rabia después de que un niño lo mordió, estaría en todos los noticieros: eso no ha pasado.
«La solución es simple: que el gobierno le pague a los medios para que publiquen lo que quiere». De acuerdo. Pero eso no es noticia: es publicidad. Y ocurre en todas partes. No sólo en México. Y no está mal, siempre y cuándo el medio no decida «esconder» o «dejar de cubrir» una nota para proteger a sus clientes de publicidad. El presidente José López Portillo solía decir «no pago para que me peguen», aludiendo que quien lo criticaba en los medios, perdía toda la publicidad oficial. Hoy, llama la atención la cantidad de publicidad oficial que aparece en los medios críticos como Proceso o La Jornada. Tal parece que ahora si el gobierno «paga para que le peguen», lo que me parece más democrático y mejor.
Segundo: alguien me preguntaba que, por qué si mi blog es interesante y los libros bien escritos, no tengo más lectores, tráfico o visibilidad. Yo alego que parte del problema es que, si te recomiendas a ti mismo, suenas mal, se ve mal y resta credibilidad… aunque puede generar algo de tráfico. Comprar publicidad para anunciarte, puede funcionar, pero cuesta dinero. Y que otro problema que le veo es que, al no ser un blog «especializado» sino «misceláneo» no atrae a un tipo específico de lector: no es un blog de fotografía para fotógrafos o de cocina para aficionados a la cocina: es una bitácora de un viaje en la vida, hablando un poco de las cosas interesantes y cotidianas, sean lecturas o reflexiones… como hoy.
Total, que la mejor forma de que este blog tenga el tráfico adecuado es por la vía de las recomendaciones. Pero es difícil si tu mismo te recomiendas -o te acercas demasiado a la publicidad-. En el clásico de 1944 que acompaña esta entrada, al final se puede leer «Mostaza French’s. Una mezcla de las mejores especias y semillas de mostaza que el dinero puede comprar». ¿Bastaría eso para convencerte de probarla? No estoy seguro. Aunque la cara de satisfacción del comedor de sándwiches valida el mensaje… el que «ella le puso French’s» no se si ayude.
Incluso le comentaba que, aunque tenemos muchos suscriptores al boletín semanal, apenas un 5 a 8% abren los mensajes. Y no siempre son los mismos. Que curiosamente es cuándo hay un contenido especial o que gana visibilidad en redes, generamos tráfico. Por ejemplo, el 7 de septiembre la entrada sobre «el 7 de septiembre» gana mucha visibilidad… En parte porque si buscas en Google «7 de septiembre Mecano» aparecemos en la primera página entre más de 228,000 resultados. De manera similar a las entradas sobre Benito Juárez el 21 de marzo o las de Colón en torno al 12 de octubre.
En fin. ¿La conclusión? Solo podremos crecer más si ustedes, nuestros lectores, les gusta lo que hacemos y lo comparten y lo recomiendan, sin publicidad ni anuncios. Alguna vez intentamos sugerir tuits -como los siguientes ejemplos, que si hacen click abajo, están listos para enviar y NO requieren que den su password, por ejemplo- y funcionaron, pero no al 100%. Además, me sugirieron otras estrategias que les presentaremos los próximos días. ¿Nos ayudan a difundir esta entrada y este blog? Gracias de antemano.
Imagen -gigante- de hoy, a partir de un anuncio clásico de Mostaza French’s de 1944, por Classic Film via Compfight