Escuchar a todos

Debate.

Hay días en que amaneces con una duda… ¿Debes escuchar a todos? ¿Debemos ponderar todas las opiniones por igual? Por supuesto que un principio de derechos humanos es que todos tenemos un valor intrínseco por el hecho de ser personas, y que, en un sentido, todos «somos iguales». El problema empieza cuándo hay quien tiene datos duros, medibles y verificables para sustentar sus puntos, y hay quien solo tiene opiniones. Pero a veces ambas cosas se tratan como si fueran intercambiables libremente.

Además, parece que hay algunos limites tolerables a la libertad de expresión, al menos en las democracias occidentales:

  • NO se proscribe hablar del Ku Kux Klan, grupo de supremacistas blancos violentos que en los años 1960 practicaban terrorismo y homicidio contra la población de color; pero está prohibido que se reúnan o sesionen.
  • En Alemania, está prohibido hacer panegíricos de las doctrinas Nacional Socialistas, habida cuenta de lo que provocó el nazismo.
  • En Suiza empiezan a prohibir la construcción de nuevas mezquitas, alegando que «daña su patrimonio cultural común».
  • En Guanajuato acaban de desechar una ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, alegando que es «contra natura».

Perdón, este último no es un ejemplo de los límites «tolerables» a la libertad de expresión, sino un contraejemplo.

Por otra parte, aún en pleno siglo XX hay algunas cosas que pueden parecer absurdas:

  • El Estado Islámico acaba de anunciar los precios «oficiales» de la venta de esclavos cristianos. Por una mujer mayor de 60 años o más no se pueden pedir más de 28 dólares, y por un niño varón, 180 dólares es el máximo. Hay un límite de 3 esclavos por cliente.
  • Despidieron al Vicepresidente de Finanzas de una farmacéutica en EE.UU., porque fue a un restaurante propiedad de un grupo de ultraderecha -opuesto al matrimonio Gay- y empezó a agredir a los dependientes a través del AutoDrive… «¿No les da vergüenza trabajar en un lugar así?» Pero como subió un video de su protesta a redes sociales, decidieron que era acoso «contra la libertad religiosa» y lo despidió la empresa… que apoya el tema de matrimonio Gay. Pasa que les preocupa «la imagen pública de intolerancia» que ese hecho puede causar.
  • Un adolescente de Florida se metió a la computadora de su profesor en el salón y le cambió su papel tapiz por una foto de dos hombres besándose. Todos los alumnos conocían el password del profesor: su apellido. Sin embargo, en lugar de castigarle o suspenderlo, la autoridad escolar le levantó cargos por violación de seguridad de una red, suplantación de persona para fines criminales e intento de robo de propiedad intelectual -porque «pudo» haberse robado los exámenes, aunque estaban encriptados. Enfrenta de seis meses a dos años de prisión.

Estos ejemplos nos demuestran que no siempre es prudente o conveniente escuchar a todos, pero que el límite es muy difícil de distinguir. Ayer vi en Twitter algo notable: un debate entre dos personas con datos duros e interpretaciones distintas de los mismos datos. Eso es un buen debate. Y al final concluyeron en que había puntos en común -muchos-, y las discrepancias eran irresolubles. Pero eran opiniones: lo que los datos decían era claro y generaba acuerdo. No es común ese tipo de ejercicio. Y otra: un columnista citó un artículo en que dice que los políticos de izquierda y derecha tienden a rechazar la información científica, y puso como ejemplos el rechazo al calentamiento global (de parte de las derechas) y al uso de Organismos Genéticamente Modificados (por parte de las izqueirdas). ¿La conclusión? 20% de las quejas que recibió eran por ser asquerosamente de derecha. Y 20% de las quejas eran por ser asquerosamente de izquierda. 40% se quejaron de que usa «información manipulada». Sólo 20% de las quejas tenían algún argumento basado en los hechos que narraba el artículo, pero tratándolo a él como autor del mismo. Así, está difícil.

Aunque como dice un amigo: «Todo el que maneja más rápido que yo, es un cafre; todo el que maneja más lento, es una tortuga». Y eso aplica para cualquier velocidad. Lo mismo pasa con las ideas: todo el que piense lo mismo que yo está bien; todo el que no… pues no. Y más les vale estar de acuerdo o…

Creative Commons License euranet_plus via Compfight

Comentarios cerrados.