Han sido sin duda días tristes. La victoria de Donald Trump trajo una ola de tristeza en la mayoría del mundo -algunos la festejaron honestamente. A ratos siento que peleamos con resorteras contra helicópteros: todo es inútil y la derrota es inevitable.
Pero luego me acuerdo de la historia de David y Goliat, en que el primero, un sencillo pastor hebreo, destroza al mejor guerrero filisteo, armado hasta los dientes, con una simple piedra lanzada desde sus resorteras, con buena puntería y precisión.
Recuerdo que el libro «David y Goliat» de Malcolm Gladwell señala por qué: para el paradigma del combate cuerpo a cuerpo, David estaba perdido. Pero ante el cambio de paradigma, la lanzadera, resortera u honda bastó para ganarle al mejor guerrero del paradigma anterior.
Pues bien, en estos días de tristezas me animó que me recordaran que la vida tiene puntos altos y bajos, y que a veces los puntos bajos sirven, precisamente, para acumular energía para poder subir. O, por lo menos, para valorar lo que tienes.
Resorteras: acumular energía.
Y si: ahora que enfrento algunos reveses, me recordaba alguien que los problemas son como las resorteras: deben servirte para acumular energía y salir disparado hacia el blanco, con más fuerza y precisión que si te hubieran lanzado a mano.
Por supuesto que el movimiento de retroceso no está padre. No es fácil. No gusta… Pero a veces es necesario. Así que no queda más que dejar fluir, afrontar las cosas y preparar lo que sigue. Porque la vida no se detiene ante una dificultad, sea un gigante filisteo o un presidente racista.
Y por cierto… si no quieren leer el libro de Malcom Gladwell, asómense a esta TedTalk en que lo comenta:
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Imagen de hoy: Maureen Barlin via Compfight y conferencia vía TedTalks en YouTube.