¿Tienen cinco segundos? Porque Mel Robbins y yo cambiaremos su vida en ese lapso. ¿Listos? 5… 4… 3… 2… 1… ¡Ya! ¿Notaron el cambio? ¿Ya es su vida mejor? ¿No? Tal vez tenga que detallarlo un poco más. Pero sépanlo: la clave ya la tienen y no tienen que seguir leyendo esta entrada. Sí, pueden hacerlo… pero no tienen que. Dije ya lo importante.
Veamos: Mel Robbins estaba en una situación crítica en su vida. Sin trabajo -y vetada para conseguir uno por un contrato previo-, con dificultades en su matrimonio, salud en problemas y bebiendo en exceso. Había intentando muchas cosas para salir adelante, y no funcionaban. Un día, antes de dormirse, vio en la tele el despegue de un cohete espacial. Y dijo: «Eso haré mañana: hacer un conteo final previo a lanzarme fuera de la cama».
Mel Robbins y la regla de los 5 segundos
En efecto, eso hizo a la mañana siguiente. Contó 5… 4… 3… 2… 1… ¡Ya! Y se levantó de un salto. Algo que no había hecho en meses, en los que el botón de snooze -o retraso del despertador- era presionado tantas veces que los niños salían solos al camión escolar antes de que mamá se levantara.
Y empezó a aplicarlo en muchos momentos de ese día. ¿Preparar la comida? 5… 4… 3… 2… 1… ¡Ya! ¿Enviar un currículum pidiendo trabajo? 5… 4… 3… 2… 1… ¡Ya! ¿Llamar a la amiga a quien había reuído tanto tiempo? 5… 4… 3… 2… 1… ¡Ya! ¿Citarse con el dentista? 5… 4… 3… 2… 1… ¡Ya! ¿Pedirle a su marido una cita a solas? 5… 4… 3… 2… 1… ¡Ya! En fin, creo que captan la idea. Su vida empezó a cambiar cinco segundos a la vez.
Luego, empezó a compartir la idea. Con los que querían bajar de peso. Para los que debían ir al gym. Los que tenían deudas pendientes. Aquellos que querían dejar de fumar. Se percató que muchos malos hábitos podían abandonarse siguiendo la regla de los cinco segundos. También podían reforzarse los hábitos positivos. Su descubrimiento era algo notable.
Consiguió una oferta de trabajo. Después otra. Encontró más y más opciones. Las oportunidades empezaron a fluir. Su matrimonio mejoró. Y el negocio del marido notó un cambio positivo. También las calificaciones de los niños. Le dio al clavo con algo simple pero poderoso.
La conferencia TED de Robbins.
Cuándo las oportunidades llegan, no llegan solas. Invitaron a Mel a dar una conferencia TED. Ya saben, ese formato de conferencia en menos de veinte minutos, ágil, documentada, ilustrada y con humor. Así que optó por hablar de «Cómo dejar de arruinarte a ti mismo».
Allí comentó que había encontrado que el cerebro tiene dos modos principales para operar: el «piloto automático» y el «freno de emergencia». En el primer caso, haces lo que siempre haces, de manera rutinaria. Como si operara el piloto automático. Lo puedes ver, por ejemplo, cuándo manejas de tu casa a tu trabajo y, al llegar, te das cuenta de que no sabías por qué ruta venías. No estabas consciente. El segundo opera al revés: cuándo haces algo fuera de la rutina, pero sin pensarlo mucho, el propio cerebro te pide que dejes de hacerlo: te detiene de inmediato, haciendo ver que «algo está mal». Es, pues, tu freno de emergencia.
Entre ambas, y ocupando poco tiempo, es cuándo tomas una decisión consciente: sabes que haces lo que haces, no porque sea tu práctica habitual, sino porque es lo que quieres hacer, venciendo a la vez la resistencia del «freno de mano». Es el modo en el que consigues tus mayores logros.
Serendipia y éxito
Casualmente, casi al final de la conferencia (en el minuto 17:55), menciona algo. Dice que la mejor forma de entrar a ese modo de «decisión consciente» es al pasar a la acción mediante el conteo hacia atrás. «3… 2… 1… ¡Ya!». Esto vence tanto el proceso del piloto automático como la acción del freno de mano. Es una acción sencilla que te prepara para hacer las cosas, independientemente de si quieres o no hacerlas y de cómo te sientas al hacerlas. Actúas, punto.
Lo mejor del caso: el público empezó a escribirle que había aplicado la regla de los tres segundos y le había funcionado. Le mandaban testimoniales y agradecimientos. Pedían detalles sobre la aplicación. Le sugerían otras formas de usarlo. Aclaraban que contar hacia adelante no funcionaba igual. Proponían usarla varias veces para una misma tarea, en caso de que el impulso inicial no funcionara. Ante todo, le preguntaban por qué funcionaba. Querían saber la teoría detrás.
En conclusión
Así que con base en esos testimoniales y sugerencias del público, escribió un libro práctico bastante exitoso. Allí incluye la historia de lo que fue un descubrimiento accidental y una mención casual de dos minutos en una conferencia de casi 20 minutos. Pero también muestra la aplicación concreta para distintos escenarios.
El libro «The 5 second rule» pueden conseguirlo en Amazon (haciendo click en la imagen). Y ya, no hubo la reseña prometida en la entrada anterior sobre prioridades. Es otra cosa: la historia detrás del libro. Pero en esa entrada anterior pueden ver completa la conferencia de Mel Robbins. ¡Ah! Y no olviden seguirla en Twitter: @melrobbins.
Acá les dejo el video resumen de la entrada:
Ahora que, si prefieren un resumen rápido del libro, acá está:
5… 4… 3… 2… 1… ¡Ya!
Mel Robbins.
Imagen de hoy: Michael Seeley via Compfight
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