Asumámoslo: romper hábitos no es una tarea fácil. A todos nos gana la inercia. Tal parece que somos la reencarnación hoy de lo que hicimos ayer. A veces, es por comodidad o facilidad. Hacer las cosas sin pensar. Ponerle dos cucharadas de azúcar al café y un chorrito de leche «porque así se toma».
Una comida sin tortilla no es comida. Deben ser, además, tres las piezas. No más ni menos. Porque, y lo sabes, te vas a sentir incómodo si comes de más o de menos. Tres exactas. Cierto, hay quien te dice que pareces obsesivo o hasta maniático. No importa: desayuno sin tres tortillas, no vale.
Claro que a veces necesitas romper hábitos viejos que te detienen. Ya lo he intentado, al dejar de comer pan, por ejemplo. Les conté de eso y el magnifico resultado en El pan cansa. Y sí, fue una gran etapa… hasta que volví a caer en comer pan y recuperar esa sensación de ser «amigajonadito» y apapachable. No como para apasionar a nadie, pero si para que más de una persona te pida un abrazo si se siente mal.
Romper hábitos: usa la «técnica de la cadena».
Hacer cambios radicales empieza, en realidad, en quitar o poner cosas en tu rutina. Hoy no puedo imaginar empezar mi día si no es meditando. Claro que hay quien me dice que es trampa: despertarme a meditar y volver a la cama -o peor, hacerlo acostado y volverme a dormir- suena como una respuesta perezosa a un problema que no tendría de otra forma. «Salte de la cama o no cuenta». Tal vez… Pero eso no obsta para que lleve ya más de 1280 días haciendo eso como primera acción del día.
Y eso es lo que quería comentarles: para romper hábitos, nada como la técnica de «no rompas la cadena». La idea es colocar un calendario en tu pared. Ahí, cada día que haces lo que quieres hacer como nuevo hábito, pones un tache sobre un día. La idea era llenar todo el calendario de taches, de manera ininterrumpida (de allí lo de “no rompas la cadena”). Habrá días que puedes hacerlos muchas horas; otros en que difícilmente cumplas tu tiempo mínimo. Pero no dejes romper la cadena: haz la tarea diariamente por lo menos el tiempo asignado. Y no, no hay “días dobles” o “tiempo de ponerse al día” o “vacaciones”: es hacer el hábito diario o no cuenta (y vuelves a empezar desde cero).
Pueden leer más de ella en Creando tus nuevos hábitos. Recuerda que romper hábitos no es fácil, ¡pero hazlo! Y más porque la técnica es la misma para adquirir hábitos buenos que para eliminar los malos.
En 45 días les cuento cómo me fue… y verán que me esmeraré por no romper la cadena. Ya saben, el pequeño calendario que les recomiendo para imprimir y los detalles para usarlo están en esta otra entrada. ¡Éxito!
Imagen de hoy Rafael Acorsi