Saboreando los momentos «¡ajá!»

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Saboreando los momentos «¡ajá!»

Este fin de semana fue extraordinario. Me la pasé saboreando en muchos sentidos momentos «ajá». Ya les he dicho que esos ocurren cuando una persona ve algo nuevo, diferente, distinto. Cuando ves que sus ojos no solo miran, sino que proyectan que están descubriendo algo nuevo. Y  ver a adultos crecidos tener un descubrimiento como cuando eran niños, vale todo el esfuerzo que pones en ello.

De entrada, acompañé el examen de grado de una de mis tesistas. Usuaria del método Escribe Hoy, aunque su tesis quedó escrita en primer borrador en un mes, pasó casi siete en el ping-pong con la asesora, la escuela y los revisores.  Y una vez que liberó todo eso, en menos de una semana tenía fecha lista.

Claro que verla batallar con todo me recuerda lo frustrante que es esa parte. Lo «burocrático» dentro del proceso educativo. Las trabas y complicaciones. Aún así, nos vimos esta semana para repasar su trabajo -aunque ya estaba impreso-. Y preparar las posibles respuestas de los sinodales. Le fue bastante bien: aprobó y recibió felicitación especial. Nada mal.

Saboreando en la conferencia

El siguiente momento «¡ajá!» ocurrió durante una conferencia el viernes. La había dado hace poco y me volvieron a invitar, con el mismo trabajo, para otro público. Y la reacción fue muy similar a la primera vez.

La gran mayoría de la audiencia, totalmente atenta. Aprendiendo y descubriendo ideas nuevas que les serán muy útiles. Algunos, tomando fotos o haciendo notas. Todos teniendo momentos «¡ajá!». A veces grandes, a veces pequeños; unos varios y otros uno solo. Pero vaya que me emocionó ver la respuesta.

Solo para darles una idea: la conferencia en sí duró poco más de una hora quince. La sobremesa con algunos de los participantes -no demasiados, la verdad; y eventualmente uno nada más- fue de cinco horas. ¿Se imaginan poder compartir tantos descubrimientos y aportes a partir de un trabajo creativo? Fue fantástico.

Saboreando en el taller

Otro momento «¡ajá!» ocurrió el sábado durante el taller «Escribe Hoy». De un lado, ver a las participantes descubrir cómo pueden hacer mejor y más rápido sus respectivos proyectos.  Escucharlas decir varias veces: «¡No se me había ocurrido!» o «¡Así sí puedo acabar mi texto!». Eso te alimenta como profesor. De otro lado, quién aprendió más cosas fuí yo.

Por ejemplo: de las 12 personas interesadas y de los 4 lugares apartados solo llegaron 2 personas -y que ya habían pagado-. ¡Vaya! Cuándo esperas llenar y al final los ingresos apenas cubren los costos… también aprendes algo (por ejemplo, condicionar el taller a un mínimo de inscritos pagados. O que las reservaciones requieran liquidar el boleto previamente).

Al platicar con algunos de los que no llegaron, me dijeron que «pensamos que ya se habían agotado los boletos» o que «no pudieron comprarlos con sus tarjetas en línea». Así que adopté dos medidas: 1.- Ser transparente y decir cuántos lugares quedan (al menos en la página principal del evento) y 2.- Ofrecer más opciones de pago «off-line».  Creo que eso puede ayudar a evitar algunos de los problemas.

Medidas a tomar

Y sí: Hubo algo que no me había dado cuenta -aunque fuera obvio-. «Dichos y Bichos» es mi sitio principal. Es el que doy como referencia básica, el que aparece en mis tarjetas. «Escribe Hoy» es mi principal taller. El que más participantes ha tenido. A veces lo menciono aquí. Pero… Apenas hay una liga perdida en la sección «otros sitios»  que puede no decir nada para quien no sepa que lo está buscando. Y no es tan obvia para quien sí lo hace.

Así que… en un momento «¡ajá!» decidí hacer tres cosas: 1.- Poner una mención al taller en la página principal, en lugar del «manifiesto de Don Quijote». 2.- Ofrecer un contador de días para el siguiente taller en las páginas de entradas -en la barra lateral-. 3.- Ofrecer la venta de boletos en el pie de página del sitio. Porque si yo mismo no lo promociono, ¿Quién se va a enterar que existe?

También añadí una opción que muestra cuántos lugares quedan, alternativas de pago off-line y pronto programaré talleres con más tiempo de anticipación. Porque en dos semanas no se enteran o no tienen disponibilidad de tiempo y dinero.

En fin. Ver que mis alumnos aprenden, me gusta. Aprender de mis errores y encontrar cómo corregirlos, también. Que alguien valore tanto lo que le diste que esté dispuesto a retribuir… mucho más. Y sí, me quedo saboreando los buenos logros de este fin de semana.

… y por cierto.

Tengo pendiente contarles que otros momentos «¡ajá!» me dejó este fin de semana. Tal vez en otra entrada. Porque sí, también salirse de la rutina y «hacer lo que nunca haces» te deja saboreando la vida de otra forma. Y te cambia la perspectiva. Pronto les contaré más.

Por cierto, si alguien quiere ir al próximo taller, los boletos -incluyendo el nuevo contador de número de lugares aún disponibles-, acá pueden adquirir su lugar desde Eventbrite. Para más detalles, visiten el sitio de Escribe Hoy. Y si lo quieren es estrenar el «código promocional», los cuatro primeros compradores pueden usar éste, desde hoy y hasta una semana antes del evento: código DyB10off  Lo ponen así como se ve (es sensible a mayúsculas y minúsculas). Es solo para los lectores de Dichos y Bichos que leyeron esta entrada completa y les da 10% de descuento.

Imagen de Hoy: «Taste of London 2010» por ostensiblyclear y sección de boletos desde el sitio Eventbrite.

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