Debo confesar que estoy particularmente triste porque casi termina el #RetoBlog y creo que como co organizador no supe estar a la altura del mismo.
Es decir, de 70 convocados apenas 10 se inscribieron, y de ellos apenas 5 ó 6 completaran el reto de publicar diariamente y comentar en al menos un blog cada día. Es muy poco y creo que en algo fallé.
No es la primera vez que participo en organizar uno de estos Retos, pero otras veces he logrado que se mantengan vigentes más tiempo. En parte, porque se organizan con al menos 21 días de anticipación – este se hizo en menos de cinco.
Entre los logros importantes, tenemos al menos 180 entradas nuevas entre los participantes individuales. Algunos blogs no pasaron de dos entradas; otros, cumplieron adecuadamente con sus 30 publicaciones y uno llegó casi a 80 (contando los que son blogs originales y no portales de noticias o agregadores). Hubo algunos debates muy intensos en los comentarios; se han forjado buenas amistades y lectores asiduos entre los participantes.
No lo niego; hay buenos blogs que son de reciente creación y otros algo veteranos; pero aún así tengo la impresión de que no logre lo que esperaba: por fallas en la red tanto de celular como fija; por limitaciones en mi trabajo -que tuvo líos particulares este mes-; por la dificultad de tener que atender a la familia en el tiempo que debías dedicar a escribir… Por múltiples motivos no pude publicar a tiempo todas mis entradas y llegué a colgarme hasta una semana en las mismas.
Es muy difícil no poder arrastrar con el ejemplo; es difícil pedirles a los demás que hagan lo que no estás dispuesto o no puedes hacer. Sé que muchas veces los jefes ordenan algo que ellos mismos no hacen y esperan que se cumpla porque lo piden ellos; eso no es lo que hacen los líderes. Yo prefiero ir por delante y poder decir «síganme», o al menos impulsar con ejemplos anteriormente establecidos. Y creo que en eso le fallé a los participantes.
No me quejo: a final de cuentas cumplí la meta. Pero cumplirla a rastras y con un retraso no es lo mejor. Además de la caída de la red que no permitía escribir rápidamente, la saturación del servidor ya es insoportable: puede tardar 10 minutos en abrir una página en blanco lista con la imagen del día. Ya me pasó que alguien llegó a comentar por una entrada que a mi me decía el sistema que se seguía cargando, pero ya estaba publicada en Google+ y anunciada en Twitter…
Por ahora, es lo que puedo decirles. Es el lado obscuro de mi participación en el Reto Blog de Noviembre de 2014. Para mañana les espero con el lado positivo y lo bueno que hubo. Así que no dejen de leernos también en lo bueno.