Nuevamente llegamos a esta etapa del año en que, siguiendo con tus sueños, debes empezar a asignar los tiempos de la mejor manera posible. ¿Debes atender primero el proyecto más importante, el más lucrativo o el más atrasado? ¿El que significa más para ti o para tus clientes?
Cualquiera que sea la decisión, se trata de poder hacer un buen balance. De tomar mejores opciones. De que las cosas marchen adecuadamente. Y si, no es fácil poder hacer una adecuada decisión. Hay muchos factores, y no todos dependen de ti. Eso lo hace más complicado.
Lo importante, pues, es saber ponderar cuál es el camino adecuado. ¿Tomar uno con pequeños logros y tareas, que dejen poco beneficio pero la satisfacción de cerrar muchos proyectos? ¿Avanzar uno ya en marcha o empezar otro desde cero?
Siguiendo hacia adelante, pues…
Así pues, es la etapa del año en que tomar esa decisión de asignar adecuadamente el tiempo es complicada. Si, podría aceptar más proyectos nuevos, a costa de posponer otros. Y he encontrado una solución que me ha funcionado, y por eso se las comparto:
1.- En cosas que dependen de terceros, haz tu parte lo mejor que puedas y espera los insumos o decisiones de esos otros individuos.
2.- En cosas que dependen solo de ti, asignar dos bloques -de unas tres horas diarias cada uno-. Uno para proyectos de clientes y otro para proyectos personales. Cuidar que esos bloques sean inamovibles. (Pueden cambiar de hora, pero no dejar de hacerse).
3.- No perder el tiempo que corresponde a los proyectos personales en pequeñas tareas. El tiempo para esas tareas cotidianas es aparte.
Tal vez recordando la metodología que les propuse en «creando TUS nuevos hábitos» pueden generar una racha lo suficientemente larga para poder completar al menos un proyecto propio y uno de terceros.
Por lo pronto, a finales de febrero espero darles resultados y contarles qué se logró.
Imagen de hoy danaScobar