Hemos comentado varias veces que uno hace planes… y luego llegan las sorpresas de la vida y te cambian todo. Tú empujas un proyecto con todo -como Calexit– y no se logran como lo habías planteado. Pero de repente aparecen cosas que no anticipabas, y ocurren resultados que no esperabas. Así suele ser la vida: sorprendente y variable.
Sí, confieso que este ha sido un año lleno de sorpresas: cosas que esperaba que ocurrieran en tres, seis o nueve meses pasaron en tres, seis o nueve días. Otras, que había trabajado y planteado con calendarios y cronogramas no ocurrieron como se esperaban.
Me sorprendió, por ejemplo, hechos que planeabas por varios años, que se dieron en cosa de un par de meses en un cambio radical. Otros, que tenía una ruta crítica y que cotidianamente, cada día, trabajé para que se lograran y terminaron fallando. Así pasa en la vida.
Sorpresas ¿Qué hacer?
Así que ya saben… hagan un plan, pero dejen espacio para las sorpresas que les guarde la vida. Un poco de flexibilidad no hace daño. No es fácil dejar ir las ideas o las expectativas. Pero puede funcionar adecuadamente.
Confieso que a ratos ser «demasiado necio» es uno de mis defectos. Claro que, bien llevado, abona a la cualidad del tesón. Dicen que un necio es alguien incapaz de reconocer sus errores e insistencias; pero una persona exitosa es la que fue suficientemente necia… y el tiempo le dio la razón.
Por lo pronto, si todo marcha bien, veremos Mayo con proyectos terminados, míos y de mis clientes: un par de tesis, un par de novelas. Cuatro libros publicados en un mes. Tal vez cinco. No está mal. Sería exactamente mi meta del primer cuatrimestre… cumplida toda en un mes. Si quieren que también sus proyectos cuenten como libros terminados, no dejen de asomarse a Publica Hoy.
Y, mientras tanto, siguen avanzando las demás tareas. Porque el tiempo no se detiene y las sorpresas nos sorprenden… y poco más que eso. Seguimos avanzando… aunque tal vez no por la ruta que planeamos en enero. Pero esto no se detiene.
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