Recientemente me hicieron una observación sobre Dichos y Bichos. Una sobre la aleatoriedad de los temas que he tocado últimamente. No es la primera vez que me la hacen, pero si me llamó la atención. Porque la última vez que ocurrió algo así, hace algunos meses, me dijeron que «este blog ya no es lo que era» -antes de cancelar su suscripción-.
Entonces, vayamos por partes: Desde el inicio, y en la página sobre el autor me parece que está claro. Este es un espacio personal, que procura NO estar vinculado con mi trabajo, labores profesionales o negocio. Es, pues, una especie de diario íntimo, personal. Sí, a veces los comentarios tienen que ver con proyectos o productos que voy lanzando. Como mi página de Amazon, por ejemplo. O con ideas en desarrollo. O cosas así.
Otras, por ejemplo la entrada más exitosa en lo que va del año, tienen que ver con análisis de la realidad, de las cosas que están pasando en el país. Por ejemplo, cuándo hable de las encuestas y la tristeza generalizada que percibo en el ambiente. ¿Es un texto técnico, sustentado en un riguroso análisis econométrico o estadístico? ¿Son fruto del profundo y metódico estudio de «la ciencia de la mente»? NO. Son mis observaciones sobre el tema.
Ya les había dicho que este blog es un intento de remanso, lejos de mis tareas cotidianas y habituales. Pero tampoco es un espacio afín al vouyerismo: reseñas de películas o lugares aparecen porque me parecen interesantes o tengo algo que decir. No para presumir tal cena en aquel lugar, o para decir que fui en la primera fila de un concierto. La estrella, pues, no so yo; sino de lo que estaba hablando.
Aleatoriedad: no es tan azarosa.
Al final, la supuesta aleatoriedad de los temas no es tal. No hay desorden, saltos o abandono del objetivo básico de este trabajo. Porque, a final de cuentas, no es un blog específicamente con un tema, como pueden ser otros. Tampoco es para un público objetivo. «Una mujer como todas«, de mi querida Mónica Moreno es para mujeres de 50 años. Dichos y Bichos no.
Entonces… ¿Cuál es el elemento común aquí? Simplemente: el autor. Y cuándo veo los textos escritos hace 8 años; o los temáticos, o los que planteaban proyectos ya acabados o los que, al final, fueron abandonados… Me encuentro que mis biógrafos, si alguna vez los tengo, tendrán algo de primera mano y de mi puño y letra. Sin cambios o correcciones. Será como ver algunos de mis cuadernos y apuntes. En ese sentido, la tendrán fácil. Todo está aquí, en primer borrador.
Bastará, pues, encontrar esos momentos estelares, muy positivos o muy negativos, y correlacionarlo con lo que lean aquí. Podrán ver el proceso de creación. O las dificultades. Y los éxitos. Y, a veces, hasta alguna comida o paseo importante. Pero nada directamente. Porque es la voz narradora, pero no el personaje principal.
Y, sin embargo, aquí va. Una entrada más. Como al menos una vez a la semana durante los últimos ocho años. Porque en 1,100 entradas «algo» se ha dicho y algo ha quedado claro. Al menos, eso espero…
Imagen de hoy Aireal Sage