Caldo de pollo para el alma

Y a la visconversa

Y a la visconversa

De cuando en cuando ocurren esos días en que la fatiga viene de muy hondo y no se resuelve fácil. Que el desánimo te vence, que crees que lo que pasa no es la mejor opción, pero hay miedos, necesidades, dudas que te detienen en dónde estás. Y definitivamente no son los mejores días.
Sin embargo, hay quienes sostienen -Napoleón Hill entre otros- que la Actitud Mental Positiva es la clave para vencer toda dificultad y seguir adelante en la vida.   El mantra «Piensa positivo» tiene mucho de cierto, pero también ha contribuido decididamente a crecer la denominada «industria de la autoayuda»: libros, cassetes, discos, cursos, folletos, imágenes, pósters, volantes, afirmaciones… Todo lo que te inspira a crecer, ser mejor… y dejar tu dinero en el camino.

Confieso que muchas veces he leído materiales de ese tipo, y que incluso les he encontrado algo de gusto. Dudo que ganen los premios de literatura más reonombrados, pero algo tienen de bueno.

Tal vez una de las mejores historias es cómo, tras un arranque mediocre y preocupante, la serie «caldo de pollo para el alma» (Chicken soup for the soul) logró despegar y volverse una serie que hizo de sus autores Jack Canfield y Mark Víctor Hansen auténticos millonarios y gurús de la industria de la autoayuda.

De entrada, el nombre es una buena opción: así como en las consejas de las abuelitas «el caldo de pollo» cura gripes y reanima enfermos, una antología de textos positivos era como un «caldo de pollo para el alma». Es un buen punto de partida.

Les costó mucho trabajo mover los primeros 1,000 ejemplares de esta antología del pensamiento de superación personal. Costó varios meses poder hacerlo. Hasta que se les ocurrió una historia simple pero poderosa: regalárselos a los jurados del juicio de O.J. Simpson, que se extendió por muchos días dada la relevancia mediática de los implicados.

Y ¡voilá! El éxito «inmediato» ocurrió en cosa de nada: los jurados, aburridos con alegatos repetidos una y otra vez y con el examen cruzado de testigos, entraban y salían del tribunal, llevando su libro en las manos. Y como no había «noticias» nuevas, los periodistas empezaron a cubrir la historia del omnipresente libro. Y listo, un millón de ejemplares vendidos sólo el primer año.

Pero hay mucho más que comentar, por lo que seguiremos mañana… los espero.

 

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