Algunos de ustedes me han preguntado por qué este blog ha estado tan callado los últimos días. La verdad es que el Premio Alfaguara de Novela estaba por publicar los resultados correspondientes a este 2015 y mi novela «Clara Sandra Solía Soñar» era una de las que representaban a México en ese certamen internacional, el más importante del género en Iberoamérica.
Entonces, estaba nervioso. Demasiado nervioso como para escribir algo en el blog. ¿Y si ganaba? ¿Y si perdía? ¿Darle un ejemplar a los donantes que apoyaron mi campaña en el #NaNoWriMo bastaba para descalificarme al no ser una novela «rigurosamente inèdita»? ¿Y si hablaba de cualquier tontería y luego resulta que si era el ganador?
Sabía que el reto no era fácil: de 707 novelas que participábamos, apenas 7 llegarían a ser leídas por los siete jurados. Más de una centena eran mexicanas. Y, para colmo, camino a la editorial en el último día del certamen, algunas de las hojas se empezaron a zafar en sus respectivos engargolados. Una dificultad final en un trabajo que tardó casi 30 años.
Mientras esperamos que Alfaguara decida si quiere o no la novela -las bases del Premio le dan 30 días más de garantía- les presento un pequeño video en el que les narro la historia de Clara Sandra, sus 30 años de preparación para 30 días de escitura. Perdón si me ven nervioso, pero era la primera vez que transmitía en vivo y tenía desde que aprender a manejar la herramienta, checar el encuadre y padecer la iluminación. Confío en que otros videos me saldrán mejor… tarde o temprano. Por lo pronto, ¡ponle play y no dejes de comentarlo aquí o en YouTube!
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