Si… la fuerza de la costumbre le quita fuerza a las cosas y a las emociones. Cuándo estás todos los días enojado, ya no tiene caso preguntar por qué o tratar de hacer algo distinto para contentarte. El enojo pierde sentido. La cotidianiedad le quita fuerza a las cosas: al verlas diario, dejamos de observarlas.
Cosas como los precios, que siendo cotidianos, dejamos de pensar en ellos, a pesar de que eso puede hacer una diferencia -en esta entrada, pueden una reflexión sobre el tema por cortesía de mis hijos-. Esta semana, las frases famosas hicieron énfasis en la cotidianiedad, en esas cosas que, porque son pequeñas, dejamos de atender.
Hay otro factor: muchos de mis amigos están anunciando en sus respectivas redes sociales que van a la playa de vacaciones, y festinan que podrán -por fin- romper rutinas. Todos menos una: mi querida Cynthia, quien hace unos años decidió que no quería ir a la playa una semana al año con mucho esfuerzo, y mejor se fue a vivir a la playa. La disfruta a diario, a veces mucho tiempo, a veces poquito… pero ya la hizo parte de su cotidianiedad. ¿Por qué no hacer eso mismo?
Cotidianiedad: idealmente, a diario…
Si, debo confesar… me disgustó encontrarme una pequeña cucaracha -de esas alemanas- en mi cocina. Pero… la observé a detalle a contraluz: era igual a la de Wall-e. ¿Podrías matar una estrella de cine? Obvio, no. Pero fue por estar atento.
Sea al escribir libros o al preparar una comida, u otras tareas -pienso en conocidos que son pilotos o anestesiólogos- cuidar los detalles es la clave para un buen trabajo.
Más de uno de mis alumnos me dijo que, dado que ya nada más queda medio julio y agosto, darán por perdido el verano y se esperan a tener la tesis en Diciembre… ¡Y pensar que en un mes pueden tenerla, si se esfuerzan! (Detalles en http://escribehoy.com )
¿De verdad quieres sentirte solo? Ve a una multitud. Aunque vayas con alguien: no puedes hablar, no puedes comunicarte, no puedes moverte… estarás muy solo en una multitud.
¡Ah si! Acabé esta semana dos libros de dos clientes diferentes. Uno de formación y otro de edición. Y ¡Qué cosa tan deliciosa es poder poner el punto final a un libro… aunque no sea tuyo!
Acá alguien hacía planes para una semana, y otra, y otra… Al final, ni siquiera el primer día pudo cumplir esos planes. ¿y si mejor disfrutas la vida como viene? Sin dejar de planear, pero no constriñéndote por los planes.
Ya. Confieso que esta postal se me ocurrió el tercer día que vi que Cynthia estaba otra vez en la playa… como todos los días -y sin tener que esperarse 51 semanas-. ¡Eso es vida, carajo!
Imagen de hoy: hitsujida Flickr via Compfight ccy postales por @gjsuap