El primer alimento en la Luna

"Buzz" Aldrin, 45 años después

«Buzz» Aldrin, 45 años después

En una de las entradas más gustadas de este blog, recordamos en ocasión de la muerte de Neil Armstrong sus últimas palabras en la Luna. Son sorprendentes por la anécdota -que, lo confieso, me sigue sacando lágrimas de risa y de emoción- y son un gran ejemplo de lo que la mente de un niño puede grabar y recordar décadas después en el sitio más inverosímil: la Luna. Pueden ver la anécdota completa en «Buena suerte, señor Gorky» o en el libro «Lo mejor de Dichos y Bichos Vol. 2«.

Hoy una asidua lectora del blog me pidió que compartiera de nuevo en Facebook esa anécdota, y recuperé la entrada y compartí la liga. Pero al hacerlo me encontré un dato que no sabía y que me sorprendió aún más. ¿Cuál fue el primer alimento que se consumió en la Luna, y bajo qué circunstancias? Eso no le tocó a Neil Armstrong, sino a su compañero en el módulo «Eagle», a «Buzz» Aldrin.

¿En qué consistió ese primer alimento en la luna? Francamente me sorprendió el hecho, pero me emocionó mucho haberlo leído. Resulta que «Buzz» Aldrin le pidió a su comunidad religiosa qué le autorizara su pastor llevar una eucaristía; y en cuanto el módulo lunar se puso en el lado oscuro de la luna en la órbita 11 -recordemos que descendieron en la 13ava órbita-, esto es, cuándo estaban fuera de comunicación con el Control de Houston, Aldrin sacó el pequeño cáliz que la comunidad la había dado y vertió vino en él, desde uno de los sobres de bebidas. Luego sacó un par de hostias y comulgó y le dio a su compañero también.

Reporta Aldrin que, con el sexto de la gravedad que había en la Tierra, el vino fluyó en el cáliz de una manera muy suave y extraña, pero no salió volando como temían. Reporta que fue un momento místico muy especial: «mi conexión con el mundo, con todo el universo y con mi Creador fue extraordinaria», dice. El hecho de llevar a cabo ese acto en la más absoluta obscuridad, en el lado oscuro de la Luna y en ese momento tan peculiar, previo a pisar otro cuerpo celeste lo conectó como nunca se había imaginado con toda la creación.

Por supuesto, hubo algunas críticas de los más ortodoxos de su Iglesia porque no era pastor y no podía realizar una consagración; para otros la crítica vino porque «contaminó» un evento científico con una creencia o un acto de fe.

Como sea, Aldrin dice que no se arrepiente y que fue el momento estelar de su viaje sideral. Para serles franco, el hecho de que haya sido una comunión el primer alimento consumido en órbita lunar no deja de ser un evento interesante, novedoso y francamente sorprendente.

Así que, a 45 años de ocurrido, recordamos el primer alimento tomado en la órbita de la luna fue una comunión. Aldrin termina su relato diciendo que «el hecho de que lleváramos la presencia de Cristo más allá de la tierra era una señal de que la Salvación es realmente universal; y que ésta no era una obra de los hombres sino de nuestro Creador y de la inteligencia con que nos había dotado, por lo que había que darle gracias». Creo que como oración es muy simbólica y la recordamos a 45 años del hecho.

Armstrong vivió rehacio a la fama por un hecho que el consideraba fortuito y poco meritorio. Aldrin, por su parte, vivió feliz y al servicio de los demás, recordando su viaje a la luna como algo notable pero no lo más importante de su vida. De hecho «Buzz» Lightyear, el juguete protagonista de Toy Story se basa en él y es un homenaje para el primer hombre que comulgó en el espacio.

Creative Commons License Steve Jurvetson via Compfight

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