Encontrar lo perdido… sin saberlo.

Encontrar lo perdido...

Encontrar lo perdido…

A veces sucede que pierdes lo que no buscas y que encuentras lo que no has perdido. Pero también que conoces a alguien que ya conocías, aunque nunca habías visto… Esta es una historia de cómo encontrar lo perdido… sin saberlo.

O no. Tal vez ya lo sabías desde siempre, pero sucede que no siempre caen las piezas del rompecabezas en dónde deben. Hay que darles la vuelta, porque no son obvias. Si, encontrar las cuatro esquinas -piezas que tengan dos lados rectos en un ángulo de 90º- puede ser lo más sencillo. Luego, buscas las que son de un lado y armas el marco exterior. Lo demás, debería ser más sencillo, pero pocas veces lo es: si, ya sabes el tamaño máximo, hasta dónde va a abarcar y tienes una referencia clara. Pero es posible que las demás piezas no caigan con la misma facilidad en su lugar, y eso puede ser frustrante.

Encontrar lo perdido.

Dos anécdotas vinculadas pero distantes: tras meses de espera y trámites, al fin recuperamos un documento sumamente importante para el desarrollo profesional. Inmediatamente lo fotocopiamos, escaneamos, montamos en «la nube» y depositamos copias en sobres cerrados, a la espera de ir ante el Notario para obtener copias certificadas. Obvio, no sólo es un documento vital: la autoridad no da copias certificadas del mismo, ni lo repone. Es crítico, pues.

Precisamente por el exceso de cuidado -o el nervio-, el original… se extravió.  Se quedó sobre la mesa -según unos-, estaba en las hojas que alguien movió -según otros-; se fue con el papel de deshecho o se mezcló en la basura. Como sea, el dichoso documento se había esfumado.

Pero con él se fue la paciencia: de un lado y de otro, las acusaciones brincaron sin ton ni son. Fue el descuido de uno, o del otro, o de ambos; fue cosa de un tercero o el duende hizo de las suyas. Buscamos en la basura, en el corral del perro, en la jaula del ratón y hasta en el fondo de la pecera. No había tal documento.

Por supuesto, la situación es tal que lo más grave es que se perdió tiempo y paciencia. Se revisó papel por papel todo lo que había en un montón -obvio, tirando al suelo desordenadamente cada hoja que podía ocultar al documento prófugo. Y se perdió tiempo: casi 45 minutos con el dichoso documento extraviado.

Alguien me dijo: «¿No es curioso cómo siempre encuentras lo que buscas en el último lugar en que buscas?». Me parece obvio: si lo encuentras, dejas de buscar. Si no lo encuentras, sigues buscando. Invariablemente lo encontrarás en el último lugar que buscaste, lo que puede ser el primero, el undécimo, el quincuagésimo noveno o el centésimo. Pero, invariablemente, estará en el último lugar.

Lo notable es cuándo está en el primer lugar que buscaste, que era su ubicación obvia, pero que nadie lo vio… precisamente porque no esperaban encontrarlo allí -justamente por eso estaba perdido-. Y si: lo sacaron para escanearlo, pero como ya estaba escaneado regresó a su lugar. Quien lo sacó, asumió que estaba fuera. Quien lo regresó antes de tiempo, asumió que estaba dentro.

Como sea, encontrar lo perdido es un descanso. Y mañana les cuento lo que es redescubrir a alguien que no conocías pero conoces muy bien. (Parece trabalenguas, no lo es).

Imagen de hoy Creative Commons License Luca Florio via Compfight

10 comentarios

  1. ¡Si, muy bueno! Eran seres vestidos de azul y en realidad "rehacian" todo el mundo para usarlo un único minuto. Por eso los errores podían repararse. Y si, una mujer se había "saltado" a ese tiempo alterno. Lo recuerdo. Y así mero…

  2. …. me recuerdas la frase …. ¿Y dónde se te perdió?

  3. ¿y que me dices cuando no encuentras las llaves? ¿o cuando al celular se le terminó la batería y tampoco lo localizas?

    • Si; pero al menos hay cerrajeros y puedes comprar otro aparato con tu propio número. Pero este documento es "irrepetible", según nos dicen.

  4. Héctor Del Valle

    Hubo un capítulo de la Dimensión Desconocida en el que explican este hecho. Hay unos seres, en una dimensión paralela que congelan el tiempo de nuestra dimensión y se dedican a desordenar todo lo que hay, por ejemplo, en una habitación, y después lo vuelven a acomodar tal y como estaba. Pero a veces se les olvida dónde iba algo y lo cambian de lugar, y por eso, cuando vuelven a descongelar nuestra dimensión, no encontramos algo que juramos que estaba en x lugar, y aparece en otro,

  5. En realidad parece un trabalenguas, pero describe situaciones muy comunes que a todos nos suceden.

  6. Ay pero qué angustia deveras, jajajaja que bueno que encontraste tu tan preciado documento. Dicen también que es cosa de dejar de buscar para que aparezca._Buen día 🙂

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