Las últimas dos semanas han sido nuevamente periodos de enseñar y aprender. No todas en modo escolarizado -lo que es bueno-, pero sin duda, la de enseñar es una de las mejores tareas que puedo hacer. Sea como visita guiada, conferencia, clase o taller, el ver que otras personas adquieren nuevos conocimientos -y pueden aplicarlos en su beneficio- me parece magnífico.
Por ejemplo, me empezaron a llegar los ejercicios que les dejé a mis alumnos del Taller Escribe Hoy de la semana anterior. Veo que les hizo sentido la técnica, y que están avanzando sus proyectos con más ganas y firmeza que antes. Eso, sin duda, me da gusto.
Otra de mis alumnas ya tiene fecha para su examen de grado. Presenta una tesis notable: bien investigada, bien escrita y documentada sobre un tema que se ha trabajado poco y que es muy importante. Trabajó en parte con mi método y con algo de asesoría. Verla cumplir su meta es un logro que me da gusto. Así que este viernes veremos cómo obtiene su título de Maestría… y muy merecido.
También me llegó la noticia de que otra de mis lectoras y asesoradas, publicó su primer libro en Amazon. Y el segundo, porque ya se aprendió el caminito y poco le faltaba para acabar ambos proyectos. Así que sacó uno primero y otro un par de días después. Pueden adquirir Antología Magisterial de Anel Montero en Amazon y Amazon México.
Enseñar y aprender
Más relevante que los logros de mis alumnos, es saber que cada vez que les enseñas, también aprendes algo. Porque ver cómo aplican TU metodo a SU idea y obtienen algo nuevo, diferente y notable… da gusto. Y más cuándo se trata de enseñar un proceso creativo. Sí, hay pasos o técnicas que puedes compartir. Pero la huella que cada quien le imprime a sus obras las hace diferentes, y a veces, notables.
Claro que, además, al trabajar con los proyectos de tus alumnos, ves dónde hay cosas que puedes hacer mejor; encuentras cómo corregir los errores o mejorar las cosas buenas. Hacer que tus clases sean más útiles, los aprendizajes mayores… y que, al final, tus discípulos te superen. Porque esa es la meta final de un maestro: que sus alumnos sean mejores que él. Y, al enseñar, aprendes tú también. Eso da pie para la mejora constante.
Por cierto, les recuerdo que esta semana, el sábado 18, hay sesión del taller «Escribe Hoy». Aún quedan lugares. Para temarios, informes, costos y boletos, la página Escribe Hoy está a sus órdenes.
Imagen de hoy Max Goldberg