Género neutro hasta en las computadoras…

De acuerdo: la corrección política ha hecho que temas como el género neuro avancen a pasos agigantados. Un ejemplo son los baños «sin género» o de «género neutro», en que pueden usarlos por igual hombres, mujeres o personas no binarias o de género neutro. La idea es evitar un sesgo por identificación de género. Creo que es correcto.

Uno de los debates que ocurren en naciones desarrolladas es si en las escuelas hay que asignarle género a los estudiantes. ¿Es necesario que ellas entren a un baño y ellos a otro? Dicen algunos especialistas que no es necesario. A final de cuentas, si en un mismo vestidor tienes regaderas con puertas opacas, todos pueden entrar a cambiarse allí indistintamente.

Esta tendencia tiene también ventajas económicas: una misma instalación sirve a ambos géneros, evitando la circunstancia -que hemos visto por igual en estadios que en teatros- que haya largas filas en los baños de mujeres y espacios disponibles en baños de hombres.

Claro que usar un mismo baño requiere niveles de cultura y respeto más altos que los que acostumbramos: la idea es que ningún hombre salga con su miembro al aire ante personas del otro género, alegando que «no sabía» que estaban allí. O que, al orinar parado, no deje el asiento sucio.

La finalidad de esas medidas es fomentar la igualdad y evitar la repetición de sesgos de género o de imposición de identidades desde una perspectiva social. Tienen un buen argumento a su favor. Y eso ya lo hemos comentado en este blog.

El uniforme neutro

Nos enteramos que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum propuso que en las escuelas de la capital del país se use el «uniforme neutro». Esto implica que los niños podrán ir de falda o las niñas de pantalón. Hasta ahora, la falda era obligatoria para las niñas, excepto en los días en que tocaba educación física, en que podían ir de pants.

La verdad es que me parece una medida intrascendente: primero, porque el gobierno de la Ciudad de México NO tiene injerencia en las escuelas. Dependen de él apenas algunas preparatorias públicas y una universidad, en que no se usan uniformes. Por lo demás, lo suyo es una sugerencia para la autoridad escolar.

En el caso de las escuelas en que asisten mis hijos, siempre se ha permitido que en días fríos o lluviosos, las niñas puedan ir de pantalones, o con mallones que no son parte del uniforme. Si el cambio es que los niños podrán usar falda… creo que es algo tan menor que no ameritaba un anuncio del gobierno de la ciudad.

La voz de género neutro.

En el debate sobre este tema, me parece más importante la presentación de «Q», la voz digital de género neutro. Sus promotores dicen que voces como las de Alexa, Google Assistant o Siri (la verdadera voz de Siri) son femeninas para darle a los usuarios «tranquilidad y confianza», pero que en realidad esconden una intención de mantener a las mujeres obedientes, sumisas y recibiendo órdenes.

Aunque dudo que ese sea el fin, tiene algo de sentido. Pues el consorcio que se queja de eso hizo algo: desarrollo «Q», una voz de género neutro que, por la frecuencia en que pronuncia, no puede identificarse como mujer u hombre. Es neutra. Y al escuchar los prototipos, no me parece mala alternativa. Pueden verla en su sitio web de «Q: Genderless voice«.

Su objetivo es impulsarla para que las grandes empresas la adopten como alternativa a sus voces «institucionales» con un rol de género. ¿Se aceptará con más suerte que el uniforme neutro de la Ciudad de México? Veremos. Por lo pronto, acá les comparto un video para que me digan en los comentarios si les suena suficientemente neutral. O, mejor aún, si les gustaría escucharla en sus aparatos cotidianos.

Imagen de hoy: Gender Neutral Restroom por Jeffrey Beall y video desde YouTube.