Tu eliges – dicen

Tu eliges - dicen

Tu eliges - dicen

Una de las maravillas de usar Twitter es que puedes entablar diálogos y conocer personas interesantes de todo el mundo. Una de las comentaristas más asiduas de este blog es mi amiga tuitera @al_mix_, quien además de visitarnos por acá con frecuencia (aquí comenta como Lizz), tiene una línea de tiempo que les recomiendo seguir.

La ventaja de Twitter es que se usan frases cortas – de no más de 140 caracteres- lo que obliga a que las ideas sean precisas, breves y claras. Y aún así, se puede seguir un buen diálogo o un intercambio de ideas. Total, es una herramienta que disfruto mucho usar. (Para saber cómo la uso, recomiendo leer Twitvisitas).

En un mensaje de ayer, @al_mix_ citó una frase muy interesante por sus implicaciones:

La democracia no significa: «soy tan bueno como tú, sino: tu eres tan bueno como yo».- Theodore Parker

En un primer sentido -y como entiendo que Parker quería decirlo- se refiere a que la democracia parte de un sentido de igualdad entre las partes. Todos somos iguales, y no es que yo te perciba como igual a mi, sino que lo eres».

Pero en otro sentido, la frase nos hace pensar si todos somos lo suficientemente buenos, y si la opción que podemos elegir es igual de buena que nosotros los ciudadanos o no. Había una frase de mi abuela que decía «antes de ser presidente, es uno re buena gente».

También me hizo pensar en aquel chiste: Llega un novato a la pelea de gallos, y le pregunta a un vecino: «Oiga, ¿Y cuál es el bueno, el giro o el colorado?» Le responden «El giro, ese es el bueno». Acto seguido, apuesta una fuerte suma al giro e inicia la pelea…

Pelea de gallos

Pelea de gallos

Para su sorpresa, el giro es desplumado y casi muerto por el colorado. Francamente molesto, voltea y le reclama a su vecino: «¡¡Oiga, me estafó!! Me dijo que el giro era el bueno… y mire cómo lo dejaron!» A lo que le responde «Pues claro que es bueno. No le pega a nadie, no se defiende, no es violento… en cambio el colorado, ¡ese si es un cabrón hijo de su madre!!»

Muchas veces en las elecciones escogemos no al bueno, sino al menos malo. O incluso al verdadero hijodesu (no es grosería, el término lo usa Cervantes en El Quijote) que puede convencernos -o engatusarnos- mejor… Y aunque dicen que «tu eliges», la verdad es que las opciones suelen estar limitadas, acotadas… o ponernos dos malas opciones. Además, muchos creen que la democracia es sólo el momento de votar y elegir en las urnas, y no una forma permanente de participar en las decisiones públicas.

Los siguientes días los espero aquí en una serie sobre el liderazgo y la democracia que invitará a reflexionar sobre esos valores. Por lo pronto, ¡Cieeeeeeeren las puertas señores!, no van más apuestas para la siguiente pelea (cartón de Paco Calderón):

Tan malo el giro...

Tan malo el giro...

5 comentarios

  1. El problema de la democracia es uno de los más manoseados. No solamente se trata del bien o del mal; resulta muy conflictivo aquello de que todos tenemos derecho de votar y ser votados, porque a final de cuentas no quisimos ni queremos a Juanito. Está el otro extremo, aquel ideal platónico de que gobiernen los más aptos, los más inteligentes, la aristocracia (La República). El problema se hace aún más profundo cuando pensamos en todas las reglas que se necesitan para determinar quién nos gobernará, desde la organización de las elecciones hasta las paradojas de los ciclos de las votaciones. No es tan sencillo como el bien o el mal; los humanos somos naturalmente "gandallas", por lo que el diseño institucional y jurídico es lo que regularmente hace que unos gobernantes sean buenos y otros malos; es más bien sistémico. El PRI, por ejemplo, fue una obra de arte del siglo XX, y ninguna otra clase de organización hubiese podido domesticar a toda la caudillada posrevolucionaria. Sin embargo, a principios del siglo XXI se volvió un estorbo, una institución diseñada para promover el pillaje y el cohecho como forma de pacificar, pero que creó un vacío de poder en donde han crecido todas las mafias y todas las corruptelas. La moraleja: no importa qué gallo nos pongan, mientras no cambien las reglas del juego político, si nos ponen un gallo "bueno"… ¡hay tabla! Y si nos ponen un gallo hijodesu… ¡hay tabla! (Recordando el cap de los Simpson donde Gaspar, el amigo de Abe Simpson, es profesor en la primaria de Springfield y les dice "si ven mis sandalias… ¡hay tabla!" 🙂 Si usted me lo permite gjsuap, seguiré comentando su serie sobre la democracia. Me gusta el tema.

  2. Definitivamente una frase que realmente te hace pensar..reflexionar, porque cada uno tiene su percepción de lo que es bueno.. y tu análisis con el chiste de los gallos dio justo en el punto… seguimos atentos en "dichos y bichos" mucho que aprender, mucho que acalizar, muchas cosas que podemos debatir e ideas por intercambiar..ahhha y lectores,,comentar..comentar.. porque cada comentario enriquece el blog.. saludos.. y Gonzalo el reconocimiento es a ti.. de mi parte gracias!!

  3. Y como siempre me gusta colaborar con tus blogs me encontre este video MEXICO NO HAY EXCUSAS en YOUTUBE que aunque fue hace años sigue estando vigente por eso hablaba de los vicios en mi comentario anterior…

    saludos

    @ramir_lars «la derrota no es una opcion y no hay excusas»

  4. Bueno pues como habiamos ya hablado de eso ayer jaja yo creo que todo va mas alla de "soy espejo y me reflejo". Creo que caimos en un vicio y estamos inmersos en una crisis de educacion, cultural, de valores etc, en fin nos la pasamos poniendo parches para solucionar los problemas, asi no vamos a poder salir adelante hasta no tener bases y sacar de raiz todos eso vicios

    ayer dijo Calderon algo asi: "si no les gustan los partidos hagan uno" . yo estoy de acuerdo con eso

    saludos a Lizz 😛

  5. chaaaaaa…. ya me hiciste pensar que no es bueno andar de "colorada" jajaja bueno me gusto tu tema..como siempre.. ahora tendre que aplicar la de ser "giro" devezencuando..:P ….

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