Hitler y Kennedy. Tan semejantes…

Hitler y Kennedy.
Hitler y Kennedy.

¿Sabías que Hitler y Kennedy tienen más cosas en común de lo que parece?

Dos hombres opuestos, pero unidos por momentos históricos sorprendentes. Prepárate para ver la historia como nunca la habías visto, desde otro ángulo.

En 1945, un joven John F. Kennedy recorrió Alemania tras la caída del Tercer Reich. Lo que encontró fue devastador.

Pero su reacción fue lo más inquietante: escribió en su diario una frase que muchos preferirían olvidar.

Esto fue lo que escribió Kennedy tras visitar el búnker de Hitler en Berlín:

“Hitler vivirá en la historia como una de las figuras más significativas de todos los tiempos.”

No lo admiraba. Lo entendía como símbolo del poder de la persuasión.

Hitler y Kennedy: cercanías.

Kennedy era obsesivo con el poder. Su tesis universitaria fue sobre “Por qué Inglaterra dormía”, analizando los errores británicos ante Hitler. Lo convirtió en libro… y ese libro fue su primer paso a la política. Gracias a Hitler, Kennedy se hizo famoso.

Pero hay algo aún más curioso: Tanto Hitler como Kennedy llegaron al poder utilizando el poder de los medios como arma. Hitler con la radio. Kennedy con la televisión. Ambos comprendieron esto antes que nadie

Quién domina el medio, domina la mente.

En el primer debate presidencial televisado en EE. UU., los televidentes le dieron la victoria a Kennedy. Pero en la radio, los radioescuchas consideraron mejor candidato a Nixon. El poder de la imagen para llegar al poder: juvenil, seguro… sin sudar.

Ambos sufrieron intentos de asesinato.

Ambos lideraron naciones en crisis.

Ambos pensaron en un futuro brillante, que no pudieron vivir.

Ambos murieron de forma violenta.

Y ambos, aunque en extremos opuestos del bien y del mal, fueron íconos de su siglo.

Uno, llevó a su país a una guerra de venganza que dejó millones de muertos y agravó los problemas que iba a resolver. El otro, inspiró a su país a llegar a la luna (y dejó bastantes problemas sin resolver, incluido Vietnam).

Kennedy visitó el Nido del Águila (residencia de Hitler en Baviera). Y lo que más le impactó no fue la arquitectura… sino cómo una sola persona pudo influenciar a millones. Lo estudió. Lo analizó. Y lo utilizó para sus campañas.

Y cuándo Kennedy tuvo el riesgo de destruir al mundo, hizo lo correcto para dejarnos un lugar para vivir, como recordamos en esta entrada de Dichos y Bichos: 13 días, 50 años.

Conclusión

Estudiar a los grandes villanos de la historia no es admirarlos. Es entender cómo funciona el poder. Es llegar a Berlín y decir ante 120,000 personas en alemán: «Soy un (panecillo) berlinés». Kennedy lo comprendió antes que nadie… y por eso llegó a la cima.

(Entrada publicada originalmente en X en la cuenta de @Gjsuap)

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